PEMEX y la SFP tenían evidencias de un conjunto de anomalías en los contratos otorgados a Odebrecht desde el año 2010, como sobrecostos y pagos ilegales. Sin embargo, se le continuaron dando más obras sin licitación a cambio de sobornos por 10.5 millones de dólares a funcionarios mexicanos.
Incluso, Petróleos Mexicanos canceló inversiones propias para cederle a Odeberecht el negocio del etileno, utilizado para fabricar materias primas y plásticos. Las condiciones de este contrato son secretas y permanecerán así por 20 años.
A pesar de que la Auditoría Superior de la Federación detectó desde 2010 y en años siguientes, múltiples irregularidades en los contratos otorgados a Odebrecht, no provocaron investigaciones inmediatas por parte del gobierno de Felipe Calderón ni de Enrique Peña Nieto. Todo lo contrario, los contratos a su favor se multiplicaron.
Según testimonios de ejecutivos de Obredecht en Estados Unidos, los sobornos en México por 10.5 millones de dólares se repartieron en dos momentos: en el primero fueron 4.5 millones de dólares entre los años 2010 y el 2012, en el último tramo del gobierno calderonista. El segundo entre 2013 y el 2014, ya cuando Peña Nieto ocupaba la residencia oficial de Los Pinos.
Con información de Aristegui Noticias