La conocida marca cervecera Heineken ha dado a conocer su decisión de abandonar Rusia, marcando un importante paso en su estrategia de retirada del país. Esta decisión ha sido materializada mediante la venta de su negocio en Rusia por el equivalente a un dólar.
La empresa holandesa de cerveza emitió un comunicado el pasado viernes, explicando que había obtenido las aprobaciones requeridas para concretar la venta de sus operaciones a Arnest Group, un fabricante ruso. Este movimiento es parte de un proceso de retiro que se inició en marzo de 2022.
Dolf van den Brink, CEO de Heineken, comentó que los eventos recientes ponen en evidencia los considerables desafíos a los que se enfrentan las grandes compañías manufacturadoras al intentar abandonar Rusia. Van den Brink señaló: «Aunque el proceso ha tomado más tiempo de lo esperado, esta transacción asegura el bienestar de nuestros empleados y nos permite retirarnos del país de manera responsable».
La transacción conlleva una pérdida total estimada de 300 millones de euros (aproximadamente 323 millones de dólares) para la cervecera.
Desde febrero de 2022, cuando Moscú llevó a cabo su invasión de Ucrania, numerosas empresas multinacionales optaron por salir de Rusia o anunciaron sus planes para hacerlo. Sin embargo, en los últimos 18 meses, el Kremlin ha dificultado cada vez más la venta de activos rusos por parte de empresas occidentales, imponiendo condiciones y tasas gubernamentales en dichas ventas.
Heineken había manifestado previamente su intención de evitar la nacionalización de sus negocios en Rusia y de retirarse del país lo más pronto posible. A través de un comunicado en marzo, la empresa expresó su preocupación por el beneficio del Estado ruso proveniente de la apropiación forzosa de activos empresariales.
Arnest Group, una compañía rusa especializada en la fabricación de cosméticos, productos para el hogar y envases metálicos, ha adquirido el negocio de Heineken en Rusia. Como parte del acuerdo, Arnest Group ha garantizado empleo a los 1,800 empleados de Heineken en Rusia durante los próximos tres años.