El Chaltén, considerado la capital nacional del ‘trekking’ en Argentina, enfrenta una crisis ambiental debido al colapso de su planta de residuos cloacales, la presencia de una bacteria multirresistente en el río y el descontrolado crecimiento turístico. Este pueblo, ubicado en la provincia de Santa Cruz, en medio de la Patagonia argentina, recibe cientos de miles de turistas al año y los habitantes exigen políticas a largo plazo para evitar una catástrofe natural y la destrucción de un ecosistema único.
Fundado en 1985 dentro del Parque Nacional Los Glaciares, El Chaltén se ha convertido en un destino turístico destacado por sus maravillas naturales como el cerro Fitz Roy, lagos de agua turquesa, glaciares, lagunas, cascadas y senderos rodeados de árboles lengas y ñires. En 2022, la ciudad recibió un millón de turistas, mientras que su población estable es de poco más de 3.000 habitantes.
El crecimiento turístico ha sobrecargado la red cloacal y el tratamiento de residuos, contaminando el Río de las Vueltas y poniendo en peligro el río Fitz Roy. Informes de Parques Nacionales revelaron la presencia de Escherichia coli y salmonella en las aguas. En 2023, un informe científico confirmó la presencia de la bacteria multirresistente, lo que llevó a la comunidad a presentar denuncias ante la Justicia, que ordenó el correcto funcionamiento de la planta de tratamiento de líquidos cloacales.
La planta, proyectada hace más de 25 años, no puede manejar la demanda actual debido al aumento de la población y el turismo. Carolina Codó, médica del puesto sanitario de El Chaltén, explica que la planta se ha convertido en un depósito de aguas residuales, afectando la fauna y la salud humana. A finales de diciembre, un juzgado ordenó a la empresa estatal de Servicios Públicos de Santa Cruz garantizar el correcto funcionamiento de la planta y proyectar obras de ampliación e impacto ambiental.
El temor a un colapso sanitario ha despertado las alertas entre los habitantes, quienes reclaman políticas de planificación urbana en un pueblo que recibe hasta 10.000 turistas por día en temporada alta. Yamila Cachero, guía de montaña y residente de El Chaltén, lamenta la falta de control y la necesidad de aplicar cupos y establecer capacidades máximas de visitantes.
El municipio ha planteado a las autoridades provinciales un plan para evaluar la capacidad de carga del Parque Nacional Los Glaciares y del propio pueblo, pero enfrenta resistencia del sector empresarial. Codó insiste en la necesidad de medidas urgentes para evitar que El Chaltén se convierta en un desastre ambiental.