Nuestro país desaprovechó el último boom petrolero para generar una reserva de largo plazo en beneficio de futuras generaciones, a partir de las rentas obtenidas por los hidrocarburos entre 2000 y 2013.
Los cálculos indican que el ahorro de largo plazo generado por la renta petrolera a partir de dicho lapso alcanzaría un billón 72 mil 534 millones de pesos a precios actuales, equivalentes a 5.3 por ciento del Producto Interno Bruto, si la clase política mexicana hubiera implementado en ese entonces las reglas que hoy rigen los ingresos del Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo.
Esos recursos, en lugar de constituir una reserva de largo plazo, como se realiza en países como Noruega, se canalizaron al gasto ordinario de los gobiernos federales y estatales.
El Fondo Petrolero es un fideicomiso administrado por el Banco de México que fue creado a partir de la Reforma Energética para administrar los ingresos petroleros del gobierno federal, en cuyas reglas se estipula financiar determinados fondos de estabilización de ingresos y sectoriales de investigación energética, de fiscalización y de
compensación a municipios, entre otros.
Con información de Excélsior