José Luis Jiménez, de 44 años, quien había sido deportado la semana pasada, se arrojó de uno de los puentes cercanos al cruce fronterizo en Tijuana para quitarse la vida.
Las nuevas directrices del departamento de Seguridad Nacional, publicadas ayer amplían el foco de la persecución a casi todos los que lleven menos de tres años en el país. Esta nueva política migratoria impulsada por Trump, incluye elevar competencias de funcionarios fronterizos y la contratación de 15 mil nuevos agentes.
Se estima que el número de indocumentados sea de 11 millones, de los cuales, la mitad son mexicanos.
“Aun no hemos registrado una incremento considerable en las deportaciones pero este suceso visualiza los riesgos que avecinan. Dadas las diferencias salariales, y en los casos de personas que llevan muchos años viviendo en EE UU, estas medidas suponen una gran desesperación”, apunta José María Ramos, investigador del centro especializado en estudios migratorios Colegio de la Frontera Norte.
Con información de El País