Los trabajadores despedidos de la maquiladora Wrangler confían en que el cierre de la pérdida de sus trabajos es resultado de las políticas comerciales del nuevo presidente de Estados Unidos, ya que los directivos de la empresa temen tener dificultades para exportar sus productos textiles al país vecino.
Ante el cierre de la planta ubicada en Aldama, el gobierno estatal busca reacomodar a empleados que quedaron desempleados en factorías ubicadas en Delicias y Meoqui.
Los despidos comenzaron el viernes a las 6 de la madrugada, cuando representantes legales de Wrangler entregaron cheques de finiquito bajo vigilancia de autoridades estatales.
En febrero pasado el diario The Wall Street Journal advirtió que la industria del algodón de Estados Unidos estaba en la cuerda floja por los planes de Trump, pues la tela de ese vegetal cultivado de Texas a las Carolinas se despacha a México, donde es cortado, cosido y ensamblado.
Con información de La Jornada