Según los expertos, los colores de la Luna que aprecian los seres humanos obedecen a las condiciones atmosféricas de la Tierra, por lo que en la actualidad las tonalidades oscilan entre el blanco, amarillo y rojizo, y no azul o rosa como también se le denomina.
“Si estamos cerca de la erupción de un volcán o algo similar, por ejemplo, la Luna se empieza a tornar un poco más amarilla, más rojiza pero no es que cambie de color”, explicó la especialista del Instituto de Astronomía de la UNAM, Brenda Carolina Arias Martín.
La denominación que en el pasado se le dio a este fenómeno, como Luna Rosa, se debe a que «florecían unas florecitas rosas muy bonitas y se reflejaban o le daban este color a la luna llena”, enfatizó la coordinadora del Departamento de Comunicación de la Ciencia del IA.
Señaló que algunas culturas y religiones, consideran que la Luna Rosa es la primera Luna llena después de Semana Santa, por lo que algunos consideran que la próxima se podrá apreciar el 30 de abril de este año.
Sin embargo, aclaró que desde el punto de vista astronómico se considera Luna Rosa a la primera luna llena después del equinoccio de primavera, por lo que dicha fecha ocurrió el pasado 31 de marzo del presente año. Además dijo que este fenómeno se puede ver cada año y no cada 60 como difundieron algunos medios «amarillistas».
Con información de Excélsior