El 4 de julio de 2017, el fotoperiodista Daniel Esqueda Castro, cuyo cuerpo sin vida fue localizado este viernes en San Luis Potosí, tuvo un altercado con policías ministeriales del estado que lo “amenazaron con quitarle la cámara, además de golpearlo, si continuaba tomando fotografías, obligándolo a borrar el material y correrlo del lugar”.
Esa amenaza ocurrió cuando el fotoperiodista de la fuente de seguridad y justicia para los medios de comunicación Vox Popouli y Metrópoli San Luis arribó ese día a una balacera, en la que intervenían policías ministeriales y presuntos delincuentes.
Días después, el 13 de julio, Daniel Esqueda acudió a cubrir otro evento y nuevamente los ministeriales interfirieron en su trabajo, fotografiaron su credencial de elector y amenazaron con desaparecerlo, luego que le dijeran que “quizá con sus notas les daba información a los malos”.
Este segundo incidente con los policías, llevaron a Daniel a interponer una denuncia ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos en San Luis Potosí, así como en el Comité Estatal de Protección a Periodistas, instancias que, a su vez, solicitaron la intervención del Mecanismo de Protección para personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas de la SEGOB.
“La última información que nos proporcionaron en el Comité Estatal y la Comisión de Derechos Humanos es que el Mecanismo estaba valorando el caso de Daniel. Eso fue a mediados de julio. Después ya no supimos nada”, dijo una de las fuentes entrevistadas.
En un comunicado de prensa, el Mecanismo de Protección de la SEGOB informó que tras conocer las amenazas lanzadas contra el fotoperiodista potosino, la dependencia se comunicó “inmediatamente con él… para su incorporación quien…comentó que ya no había tenido ningún nuevo incidente de agresión, amenazas o correos intimidatorios. Refirió además que ya había presentado la denuncia penal”.
Según el Mecanismo, le solicitaron a la Comisión Estatal de Derechos Humanos información sobre las medidas de protección dictadas por ese organismo en favor del periodista, “a lo cual el organismo respondió que se había turnado oficio al Comisario General de la Policía Ministerial del Estado, Comándate José Guadalupe Castillo Celestino, mismas que fueron aceptadas el 24 de julio de 2017”.
El pasado miércoles 4 de octubre, un día antes de su secuestro, Daniel acudió a dar cobertura a un hecho noticioso de corte policiaco donde, en un principio, circuló la versión que en un vehículo abandonado se encontraba una hielera con restos humanos, con un mensaje dirigido al director de la policía ministerial de San Luis Potosí.
La versión oficial refirió que todo se trató de una “trampa”, porque la hielera no contenía restos humanos de una mujer, sino bombas caseras que estallaron y dañaron a dos agentes ministeriales y dos peritos cuando la abrieron. El reporte del incidente fue publicado por Vox Populi.
En la cobertura de la hielera, Daniel se topó con un policía ministerial del grupo que lo había amenazado en junio. “No cruzaron palabras, pero si miradas”, dijo la fuente entrevistada.
“No creemos que esto se trate de una casualidad, porque además los policías que llegaron por él lo llamaron por su primer nombre, Edgar, el cual sólo conocían sus familiares y amigos más cercanos, además de los policías ministeriales con los que Daniel tuvo el incidente en julio y amenazaron con desaparecerlo”.
Con información de Animal Político