En nuestro país se paga un sobreprecio de 2 mil 500 millones de pesos cada año, debido a que el vencimiento de las patentes en medicinas originales no ha generado suficiente competencia en el mercado de genéricos, denunció Alejandra Palacios, presidenta de la Comisión Federal de Competencia Económica.
«Las farmacéuticas utilizan estrategias legales para extender la exclusividad de las patentes que registran ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial sobre las sustancias activas de las medicinas que fabrican», explica.
«La vigencia es por 20 años improrrogables, lo que les permite venderlas de manera exclusiva para obtener rendimiento económico por la investigación que realizaron. Sin embargo, las farmacéuticas, registran nuevas patentes de un mismo medicamento, lo que favorece su exclusividad con el fin de extender su poder de mercado; además, realizan litigios contra laboratorios para impedir que fabriquen genéricos, entre los que se incluyen muchos imprescindibles para tratamientos de enfermedades tan graves que aquejan a la población mexicana, como diabetes, artritis reumatoide y diferentes tipos de cáncer. A ello contribuye que se carece de una publicación sobre la caducidad de las patentes, como en Estados Unidos«, sostuvo.
La compra de medicinas y material de curación equivale a 29 por ciento de las erogaciones de los hogares, pero se eleva a 42 por ciento en los más pobres. Sólo en esta década su precio aumentó 36 por ciento, más que la inflación general, con 24 por ciento.
El vencimiento de la patente implicaría contar con un mayor número de competidores que fabriquen medicamentos genéricos a precios más bajos en beneficio del consumidor, pero eso ocurre de manera tardía y lenta.
Con información de La Jornada