Tras cuatro años de negociaciones de paz entre las FARC y el Gobierno de Colombia, la guerrilla más antigua de América Latina entregó la totalidad de sus armas individuales.
La ONU recibió este lunes más de 7.000 fusiles, pistolas, lanzagranadas… de manos de excombatientes.
En las 26 zonas donde desde el pasado enero viven las FARC solo quedarán «las armas necesarias para la seguridad». Es decir, un grupo de personas seguirá armado hasta el 1 de agosto cuando estos lugares dejen de existir.
El Estado se comprometió a construir habitaciones, cocinas, baños y espacios comunes para excombatientes de las FARC sean integrados a la sociedad civil. Además, tendrán servicio médico y recibirían cursos para que el día que volvieran a sus anteriores casas pudieran enfrentarse a la rutina fuera de la selva.
Actualmente la guerrilla y la ONU recorren el territorio en busca de más de 900 caletas donde se almacena armamento pesado e inestable.»Hasta el momento, la Misión ha verificado 77 de las que ya se ha extraído y destruido su contenido», según el último informe.
Antes del 10 de julio, Santos tendrá que solicitar ante el Consejo de Seguridad que se amplíe la misión internacional en su territorio para finalizar el proceso de desarme.
Con información de El País