A los 89 años, por causas naturales, falleció ayer Gonzalo Martínez Corbalá, político y diplomático potosino de larga, fructífera y reconocida carrera en el servicio público.
Hace dos días, quien fuera gobernador interino de San Luis Potosí, presentó su libro «Del tintero de los recuerdos, mis andanzas por esta América nuestra», en el que relata episodios de su relación con el general Lázaro Cárdenas del Río, el presidente chileno Salvador Allende y el dirigente revolucionario cubano Fidel Castro, así como pasajes de la Decena Trágica. Este último, debido a que su padre fue uno de los cadetes que custodió al presidente Francisco I. Madero, el 9 de febrero de 1913, del Castillo de Chapultepec a Palacio Nacional, en la llamada Marcha de la Lealtad.
Martínez Corbalá fue actor de acontecimientos que marcaron la historia de América Latina en la segunda mitad del siglo XX; de manera particular, el golpe de Estado contra el presidente de Chile, Salvador Allende Gossens, perpetrado por el general Augusto Pinochet, el 11 de septiembre de 1973.
En su calidad de embajador de México, mantuvo ante la Junta Militar chilena una férrea y valiente defensa del derecho internacional de asilo, de la inmunidad diplomática y de la invulnerabilidad de la embajada; acogió a cientos de ciudadanos chilenos que lograron salir de su país con salvoconducto y visa mexicana, entre ellos la familia y la viuda del presidente Allende, Mercedes Hortensia Bussi Soto. Este hecho lo marcaría por el resto de su vida.
En los años recientes recibió múltiples reconocimientos. En agosto de 2015, en una visita oficial a México, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, le rindió homenaje al embajador que gestionó la salida de cientos chilenos tras el golpe de Estado que derrocó a Salvador Allende. En septiembre de 2016, la cancillería mexicana reconoció en una ceremonia oficial a un grupo de destacados mexicanos, encabezados por el Martínez Corbalá, quienes apoyaron a por lo menos 12 mil chilenos en su exilio en México.
Con información de La Jornada