La medida se aplicó tras la polémica orden que firmó el presidente Donald Trump la semana pasada que prohíbe la entrada a ese país de ciudadanos de siete países del Oriente Medio.
El decreto del presidente Trump generó caos en aeropuertos de todo Estados Unidos cuando viajeros de los países afectados que ya estaban en camino a Estados Unidos se enteraron al aterrizar de que no podían dejar el aeropuerto.
Muchas de ellos eran residentes legales en Estados Unidos que tenían la llamada “green card”, o tarjeta verde, así como visas que les permitían trabajar. Al tiempo que surgían protestas espontáneas en las terminales internacionales.
“Nunca vi un desbordamiento público tan grande como en este caso”, dijo Brinkema. “La gente está realmente trastornada”.
Greg Chen, director de defensa de la American Immigration Law Association, llamó a las medidas “un ataque general del Gobierno de Trump” a la inmigración, los primeros pasos de “una masiva campaña de deportación”.
Con información de El Financiero