Un reporte del departamento de inteligencia de Estados Unidos señala que el riesgo de conflictos entre naciones y dentro de ellas aumentará en los próximos cinco años hasta niveles no vistos desde la Guerra Fría, por la desaceleración del crecimiento global y el desgaste del orden posterior a la Segunda Guerra Mundial, sumado a los movimientos antiglobalización que avivan el nacionalismo.
Estas tendencias generarán una coyuntura que complicará el gobierno y la cooperación, se trastocará la naturaleza del poder, alterando el panorama global, según se indica en el documento ‘Tendencias globales: paradojas del progreso’, el sexto de una serie estudios cuatrienales elaborados por el Consejo de Inteligencia Nacional de Estados Unidos.
Se destaca que esos factores están modelando un «futuro cercano oscuro y difícil», incluyendo a una Rusia y China más autoritarias, conflictos regionales, terrorismo, aumento de la desigualdad en los ingresos, cambio climático y un flujo crecimiento económico.
Se subrayan dificultades que deberá enfrentar Trump para cumplir su deseo de mejorar las relaciones con Rusia, nivelar el campo de juego económico con China, traer de vuelta empleos a Estados Unidos y derrotar al terrorismo.
La incertidumbre sobre el gobierno de Trump, junto a un «Occidente que mira hacia dentro» y el debilitamiento de los derechos humanos internacionales y los estándares de prevención de conflictos, animarán a China y Rusia a poner a prueba la influencia estadounidense, agrega el documento.
Si bien se señala que la «guerra caliente» puede ser evitada, diferencias de valores e intereses entre los estados y las pugnas por los dominios regionales «están llevando a un mundo de esferas de influencia«.
A su vez, el análisis deja un halo de esperanza al considerar que la actual situación ofrecerá también oportunidades para que gobiernos, sociedades, grupos e individuos tomen decisiones que puedan generar «futuros más esperanzadores y seguros«.
Con información de Excélsior