El movimiento #Calexit impulsa la separación del estado de California de la Unión Americana. Este proyecto ha cobrado un gran impulso tras la elección de Donald Trump ganando miles de adeptos y ocupando lugar destacado en redes sociales. Por ejemplo, en Twitter fue tendencia, mientras en Facebook apareció entre los temas de mayor conversación luego de conocerse los resultados de la elección.
Sus impulsores están trabajando desde 2014 a través del portal YesCalifornia.org, con el objetivo de convocar un referendo por la secesión del Estado. California es considerada la sexta economía mundial por sí sola y tras la victoria de Trump esperan acelerar el proceso separatista.
“#Calexit significa no a los muros, no a las prohibiciones [contra] musulmanes, no al presidente Donald Trump”, publicaron en Twitter los autores de la campaña.
Al movimiento se sumó Shervin Pishevar, inversionista de Uber y co-fundador de Hyperloop, anunciando sus planes de financiar una «campaña legítima para que California se convierta en su propia nación».
Sin embargo, algunos creen que la separación causaría más daño al país, como Brett Shears, de 33 años de edad, graduado en Políticas Públicas en la Universidad del Sur de California. El especialista cree que no es coincidencia que esta iniciativa tome fuerza ahora, señalando que esta elección fue uno de los cambios más significativos en los últimas tres décadas.
“Si la elección de Trump simplemente significa que el populismo dictará nuestra política y políticas para la próxima generación, entonces California no será muy diferente con o sin el resto del país”, dijo.
El deseo separatista californiano no es novedad en la historia moderna de los Estados Unidos. Recordemos que en 2013, con más de 100,000 firmas se entregó la solicitud al presidente Barack Obama para que el Estado de Texas abandonara la Unión y estableciera su propio gobierno. Recientemente, en abril de 2016 un grupo republicano reavivó la iniciativa, promoviendo un plebiscito para tener una nación soberana.
Más atrás en la historia y con menor respaldo popular, surgieron iniciativas parecidas en Alabama, Florida, Georgia, Luisiana, Carolina del Norte, Tennessee y Carolina del Sur, estados que en 1861 se independizaron provocando la Guerra de Secesión.
Un profesor de Ciencias Políticas del Colegio Comunitario de Los Ángeles, Salvador ‘Chamba’ Sánchez, cree que la separación sería contraproducente, confunde a la población y refleja que ignorancia sobre la historia de la nación.
“La primera vez que se quisieron salir hubo una guerra civil”, ahondó el académico.
A nivel local, recordó Octavio Pescador, profesor de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), se han levantado grupos que promueven la secesión del Valle de San Fernando, pero son poco fructíferos; y en el caso de California indicó, se tenga mérito o no, será rechazado.
El proyecto separatista parece imposible de concretarse pero lo que sí afirma es el descontento, la desazón y la perdida de identidad ciudadana tan característica del modelo consumista norteamericano.
Con información de Hoy Los Angeles