Científicos del Instituto de Geofísica de las universidades Nacional Autónoma de México y de Kioto, Japón, instalan una red sismo-geodésica en el fondo oceánico de las costas de Guerrero, entre las poblaciones de Acapulco y Zihuatanejo.
En esa área hay un particular interés de estudio, pues existe una brecha sísmica desde hace más de 100 años y no se ha registrado un temblor de magnitud mayor a 7, por lo que existe gran acumulación de energía que no ha sido liberada y por ello podría haber un terremoto de gran magnitud, según expertos.
Víctor Manuel Cruz Atienza, investigador del Instituto de Geofísica y líder del proyecto por la delegación mexicana, explicó que la colocación de la red de observación es parte del proyecto Evaluación del peligro asociado a grandes terremotos y tsunamis en las costas del Pacífico mexicano para la mitigación de desastres, que llevan a cabo ambas universidades.
«Esto podría ser la antesala de una era instrumental en México que permita hacer ciencia y desarrollar sistemas de alerta altamente sofisticados.»
El objetivo es que, a partir de los datos recibidos por esa red de observación, se generen modelos computacionales sobre terremotos y tsunamis para cuantificar el peligro asociado. Las nuevas estaciones permitirán analizar mejor, como nunca antes en México, los procesos tectónicos para cuantificar el potencial sísmico de la brecha.
Con información de La Jornada