Para quienes son amantes del arte o tienen más de 25 años, seguramente ubicarán a la perfección al pintor Bob Ross. Sí, el mismo que le gustaba pintar ‘árboles y casas felices’.
Sin dudas, uno de sus puntos más característicos era su afro setentero. Sin embargo, esta semana nos enteramos que el penado era totalmente falso.
Annette Kowalski, socia del artista, relató que Ross salió de la Fuerza Aérea con poco dinero en los bolsillos, por lo que decidió ahorrar algo en cortes de su cabello lacio y hacerse un permanente.
Como es sabido por muchos, este tipo de arreglos duran bastante tiempo. Este detalle lo descubrió Ross demasiado tarde, incluso cuando inició las grabaciones de su programa “El placer de pintar”.
“Nunca, nunca podría cambiar su pelo. Él estaba tan enojado por eso”, recordó Kowalski quien también le ayudó a entrar al mundo de la televisión.
Recordó en entrevista para la NPR, que para cada una de sus emisiones el artista tenía tres lienzos: el primero era su guía y se mantenía fuera de cámara, el segundo era el que pintaba al aire, y el último era el que usaba para sus libros de instrucciones.
Además, Ross practicaba sus discursos durante toda la noche previa al programa.
Así que detrás de su apariencia y voz relajada, de sus ‘árboles felices’ y –en ocasiones- de sus ‘accidentes felices’, el artista era un perfeccionista.
Esto lo sabía su amiga Annette quien apuntó que “era un tirano”, no por ser mala persona sino porque le gustaba que las cosas se hicieran a su manera.
Y es que Kowalski guarda gran estima por el artista, ya que le ayudó a ella y a su pareja a superar la depresión que les provocó la muerte de su hijo.
Por eso, el matrimonio se quedó a cargo de la compañía fundada por Bob Ross, quien falleció a los 52 años por linfoma en 1995. Se sabe que el artista grabó cerca de 400 programas, mismos que todavía podemos ver en la televisión.
Con información de El Universal