Pobladores de Sonora afectados por un derrame de residuos tóxicos en uno de sus principales afluentes hace tres años, buscan un reparo judicial. El 6 de agosto de 2014, la mina Buenavista del Cobre, derramó 40 mil metros cúbicos de ácido sulfúrico en los ríos Bacanuchi y Sonora. El hecho fue calificado como el peor desastre ambiental provocado por la industria minera en México.
En esa región los pobladores utilizan el agua del grifo para consumo humano y para sus actividades agrícolas y ganaderas. La compañía se comprometió a crear 36 plantas potabilizadoras, pero apenas hay una. Además, en abril pasado la gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich, anunció que éstas se habían reducido a nueve, lo que ha incrementado la molestia de los afectados.
Los pobladores siguen buscando la restitución de sus derechos humanos de acceso al agua, a la salud y a un medio ambiente sano. El martes, agrupados en los Comités de Cuenca Río Sonora, anunciaron que ganaron un juicio de amparo con el que demuestran que dos pozos de la región presentaban contaminación por arsénico y manganeso en niveles superiores a los establecidos por la Organización Mundial de la Salud. Con esta resolución han demandado a las instituciones de salud estatales y federales por haber desatendido su salud.
Con información de El País