Los terrenos del antiguo Lago de Texcoco son según expertos una zona con depresión tectónica, con 90 por ciento del suelo arcilloso que se hundirá por desecación. Es una zona altamente sísmica, con grandes cargas y descargas de agua pluvial; secar o entubar toda corriente de agua para dirigirlas al lago Nabor Carrillo el cual sería un ecocidio.
Esa fue la conclusión de un grupo de académicos universitarios y organizaciones civiles que participaron en un foro en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Un documento final dio a conocer que investigaciones recientes definen el hundimiento anual de la zona en 30 centímetros, por lo tanto en una década se hundirá 3 metros con un alto riesgo de inundación.
Explicaron que la nivelación del terreno para caminos y pistas, así como la construcción de la barda perimetral del nuevo aeropuerto provocando explotación de minas, construcción de gigantescos basureros, incineradores, gasoductos, infraestructura carretera no requerida, asentamientos irregulares, centros comerciales, desaparición de espacios públicos y comercio local, despojo de tierras de cultivo y de uso común, cambio de uso de suelo de forestal a agrícola y de éste a urbano, entre otras anomalías. Además, se denunciaron hostigamiento y despojo de tierras a habitante de la zona que se oponen al proyecto.
Con información de La Jornada