Si bien el 25 de noviembre fue declarado desde 1999 como el día Internacional contra la Violencia hacia la Mujer, en Latinoamérica esta fecha se conmemora desde 1981 en honor a las tres hermanas dominicanas asesinadas el 25 de noviembre de 1960, por orden del dictador Rafael Trujillo.
México es considerado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como uno de los países que requiere realizar esfuerzos intensos para lograr la igualdad de género. Al respecto, la defensora de derechos humanos Carolina Diaz considera que la importancia del día en nuestro país «recae en las alarmantes cifras de violencia de género».
«Es un día de lucha, activismo, protesta y reclamo, por todas las que ya no están, por todas las víctimas directas e indirectas de femincidios y transfeminicidios, por todas las desaparecidas, por la violencia sistémica, por la violencia sexual, por la violencia política y por la violencia económica».
De acuerdo con la experta en la materia, es importante reflexionar sobre el miedo que implicar salir a la calle siendo mujer, tomando en cuenta que México es el primer país del mundo en abuso sexual de menores y que más del 80% de las mujeres en Ciudad de México (CDMX) experimentan formas de intimidación en el transporte y espacios públicos. «Porque seis de cada 10 mexicanas han enfrentado un incidente de violencia y 41.3% han sido víctimas de violencia sexual», agrega, en entrevista para este medio.
La problemática se extiende por el continente; en México, cada día hay más de 10 feminicidios, uno cada 30 horas en Argentina, tres cada día en Brasil, uno cada 17 horas en Bolivia, uno cada 38 horas en Colombia. Uno cada dos horas en América Latina y 137 al día a nivel internacional.
«Es una protesta a la asimetría social de la desigualdad de género que ha generado una estructura de ejercicio desigual de derechos, estableciendo roles y estereotipos diferenciados. Esta desigualdad sistémica genera acciones discriminatorias violentas contra mujeres y niñas de cualquier estrato social, nivel educativo, cultural o económico, que causan daño y se practican para reforzar el dominio masculino. Es un reclamo porque no hay justicia, porque hay una cultura de culpabilización de las victimas, una cultura de violación, de dominación y de opresión», dice Diaz.
Finalmente, concluye que es «también un día para recordar porque luchamos por un mundo con equidad, donde nuestros órganos sexuales no definan nuestra vida, nuestro valor en la sociedad y el de nuestro trabajo. Un mundo sin violencia ni opresión (…) es importante conmemorar este día y hablar de la violencia contra las mujeres».