Lorena de 35 años se cayó de la bicicleta paseando con sus hijos y se lastimó el hombro. Eliza se cayó de un banquito al arreglar algo de su alacena y se hizo un esguince en el tobillo. A Rosanna le chocó un coche por atrás al ir por los niños a la escuela y terminó con collarín. Las tres viven en Estados Unidos y fueron con sus respectivos médicos aquejándose de dolor. Hoy en día, más de un año después, son adictas a los opioides y realizan las actividades más inverosímiles para conseguir más “Vicodin”, “Percocet” y “Oxycodin”. Inicialmente sus médicos les recetaron estos fármacos para el dolor, pero ahora fingen, mienten y engañan para obtener más, incluso han conseguido “dealers” que les vendan a escondidas de sus esposos y amigos. Llevan una doble vida llena de dolor y de miedo.
Los opioides son medicamentos que se utilizan para tratar el dolor (hidrocodona, oxicodona, morfina y codeína) prescritos comúnmente por los dentistas y los médicos antes y después de una intervención quirúrgica. En Estados Unidos se ha abusado del uso de dichos medicamentos lo que ha generado una grave crisis. Se dice que hoy en día 50% de las amas de cada estadounidenses son adictas a un fármaco de prescripción médica.
La semana pasada se puso de manifiesto la grave crisis, o más bien epidemia, por uso de opioides en nuestro país vecino. Las cifras que circuló la “Comisión para el combate de la adicción a drogas y la crisis de Opioides” son alarmantes.
142 norteamericanos mueren cada día de una sobredosis, lo que implica qué hay más muertos por drogas que por homicidio por arma de fuego y accidentes vehiculares juntos. Dos terceras partes de estas sobredosis son por uso de Percocet, Oxycodin, Heroína y Fentanyl.
Estados Unidos es el país de mayor consumo de opioides en todo el mundo. Desde 1999 hasta la fecha la muerte por el abuso de estas drogas ¡se ha cuadriplicado!
Lo interesante es que cada vez los médico prescriben más este tipo de fármacos a pesar de que no han incrementado los reportes de dolor. Esto me parece un tema interesante: si los médicos estadounidenses saben que los opioides son altamente adictivos ¿por qué los prescriben con tanta soltura? Evidentemente son partícipes de esta grave crisis.
Yo he consumido opioides en tres ocasiones: cuando me operaron de las muelas del juicio y mis dos cesáreas. Yo agradezco que sean medicamentos tan controlados en México porque sí les puedo decir que son altamente placenteros. Uno no siente dolor y a cambio le invade una gran sensación de bienestar. El problema es que, como con todas las drogas y por definición, con el uso frecuente uno se habitúa y luego prescindir de su uso genera dolor físico y mental. Uno se vuelve esclavo (adicto), ya no para sentir bienestar, como al principio, sino para no sentir malestar por la abstinencia
Habrá que ver qué hace Donald Trump con esta crisis, pues si lo declara una emergencia nacional, para resolverla se utilizaran los fondos reservados para catástrofes como inundaciones, huracanes, epidemias y otras catástrofes (FEMA), lo que sin duda generará conflictos entre los mismos estadounidenses. Veremos.