Durante muchos años el uso de vitamina D se ha recomendado en pacientes con insuficiencia renal, osteoporóticos, mujeres en periodo de menopausia o ancianos de ambos sexos, con la finalidad de optimizar su mineralización ósea.
La vitamina D tiene muchas funciones en el organismo, se ha llegado a considerar como una hormona. La presencia de vitamina D mantiene el metabolismo de calcio y del fósforo dentro de la normalidad.
La luz solar sobre la piel y el aceite de pescado son fuentes efectivas de vitamina D, la falta de este producto en la dieta y la escasa exposición a la luz solar son causa de deficiencia. Se ha supuesto por esta información que la combinación de calcio con vitamina D (8oo UI) será suficiente para mantener una osificación adecuada y prevenir la osteoporosis.
la vitamina D que pasa del intestino o la piel al torrente sanguíneo, de ahí al hígado y después al riñón donde forma calcitriol cuyas funciones se pueden describir como favorecer la absorción de las células intestinales de calcio y fósforo, así como también estimula la retención de calcio a nivel renal.
Al paso del tiempo, estudios e investigaciones han reportado información que se debe de considerar con mucha seriedad.
La vitamina D se conoce que participa en la estructuración del hueso, favoreciendo la mineralización, la densidad y la fortaleza del mismo, sin embargo, investigaciones han demostrado que los efectos de la vitamina D en las fracturas, caídas y densidad mineral ósea son inciertos, particularmente para dosis altas de vitamina D.
Se realizó una evaluación de las investigaciones de septiembre de 2017 a febrero de 2018 en PubMed, Embase y Cochrane Central se analizaron los estudios con controles no tratados, los estudios al azar y los estudios tratados con placebo comparando el efecto de vitamina D. Se incluyeron las fracturas totales de cadera, las del cuello del fémur, las de antebrazo y la medición de densidad ósea en columna lumbar.
El criterio más importante a determinar en esta valoración, fue el porcentaje de mineralización ósea.
En 81 ensayos se detectó ante la presencia de fracturas, caídas o grado de mineralización, que la vitamina D no tuvo ningún efecto con relación a estos factores, o sea, que no influyó como factor de protección. tampoco hubo diferencia entre las dosis altas y bajas de vitamina D.
Lo que implica que la suplementación con vitamina D no reduce las fracturas de cadera o el número de caídas y no se ha podido determinar si incrementa el número de facturas hasta el momento.
El uso suplementario de vitamina D no mejora la mineralización en los pacientes.
Por lo tanto la recomendación a los pacientes de consumir vitamina D para disminuir el riesgo de fracturas ante caídas por mejoría de la mineralización ósea no está justificado, es cotoso y no tiene beneficio para los pacientes geriátricos u osteoporóticos, por lo que considero que se debe recomendar a los pacientes otros tratamientos como los bifosfonatos que han probado su eficacia al paso del tiempo y una notable superioridad ante la vitamina D.
Estos estudios se realizaron a través del Consejo de Investigación en Salud de Nueva Zelanda.
Dr. Alejandro Cárdenas Cejudo
Medico Internista
Fellow of the American College of Physicians