¿Qué tanto confías en las encuestas? ¿Sabes cómo surgieron y con qué propósito?
En este momento, con las elecciones presidenciales a tan sólo 13 días, es de lo más normal encontrarnos cada mañana en los medios de comunicación una encuesta distinta. Y lo más curioso es que cada una afirma un resultado diferente a las demás.
¿Pero qué tanto sabemos de lo que implica realizar una encuesta? ¿Y por qué desde hace algunos años se han vuelto una herramienta indispensable para el ejercicio de la democracia cuando se acercan las votaciones?
La historia de las encuestas empieza en el año 1936, cuando la revista Literary Digest publica que la población estadounidense tiene una mayor preferencia por el Partido Republicano, según la opinión de 2.3 millones de ciudadanos encuestados.
Pero esto siguió, pues una semana antes de las elecciones presidenciales se hace público que el candidato Alf Landon del Partido Republicano es por mucho más popular que Franklin D. Roosevelt, del Partido Demócrata.
Sin embargo, George Horace Gallup -fundador del American Institute of Public Opinion-, realiza otra encuesta mucho más pequeña que las 2 anteriores, pero con mejores bases científicas. Utilizando muestras demográficas representativas, Gallup predice la victoria de Roosevelt ese año de 1936.
De hecho, el presidente Franklin D. Roosevelt fue reelecto cuatro veces. Con este acierto, se origina la primera muestra del poder de las encuestas de opinión pública. Tanto así, que George Gallup abre una subsidiaria en el Reino Unido -la llamada British Institute of Public Opinion-.
Es esta subsidiaria la que predice la victoria del Partido Laborista en la elección general de 1945, cuando casi todos los medios informativos vaticinaban la victoria del Partido Conservador, liderado por Winston Churchill.
Satisfecho con su éxito, George Gallup abre otra subsidiaria en Francia -el Instituto Francais d’Opinion Publique, mejor conocido como el IFOP-. Y al terminar la Segunda Guerra Mundial, el interés por las encuestas crece a nivel mundial.
Aunque es hasta los años 60 cuando las encuestas son utilizadas con fines electorales, tanto por medios de comunicación como por los partidos políticos. Muestra de esto es John F. Kennedy, presidente de Estados Unidos entre 1961 y 1963. Kennedy es el primer candidato a la presidencia que basa su estrategia de campaña en las encuestas.
Para Kennedy se hace necesario estudiar la opinión y la actitud de los ciudadanos estadounidenses. Para lograrlo utiliza las encuestas, definiendo las fortalezas y debilidades de la gente y también para evaluar a sus oponentes, entender los temas de actualidad y perfilar la planeación de su campaña.
Por ejemplo, una de estas encuestas revela que sólo el 30% de las familias enviaban a sus hijos a la universidad, pero que el 80% deseaba hacerlo en el futuro. Por eso en su plataforma electoral Kennedy expone un mensaje sobre la educación dirigida a una audiencia específica.
Kennedy afirma entonces que dará prioridad máxima a la educación y que mejorará las oportunidades de formación para los niños. Obviamente, los ciudadanos respondieron muy bien a este mensaje y Kennedy se gana la simpatía de un gran número de votantes.
Otro ejemplo se refiere a las creencias religiosas. Kennedy era católico y por lo mismo no recibe apoyo de los protestantes. El candidato utiliza los resultados de las encuestas y elimina 30 estados en las visitas de su campaña donde sabe que no lo recibirán bien por su religión. Así se concentra en los estados donde lleva las de ganar con todo y que es católico.
En México el estudio de la opinión pública por medio de las encuestas se consolida a partir de las elecciones presidenciales de 1988, cuando gana Carlos Salinas de Gortari, a quien la oposición le cuestiona su victoria por causa de un fraude electoral.
Las encuestas electorales cobran importancia para el estudio de la política a raíz de que la revista “Este País” y el Instituto Tecnológico Autónomo de México -ITAM- impulsan la investigación cuantitativa.
En la década de los 90 aparecen en nuestro país las primeras agencias encuestadoras con reconocimiento, como el Centro de Estudios de Opinión Pública, Opinión Profesional, MORI de México, Gabinete de Estudios de Opinión, el periódico El Nacional y el Centro de Estudios de Opinión de la Universidad de Guadalajara.
Con el tiempo, algunos periódicos de circulación nacional establecieron departamentos internos de investigación con encuestas, además de empresas privadas que se han hecho presentes en cada periodo electoral de México.
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Después de escucha este periodismo de vida, te pregunto: ¿Sabes cuáles son los criterios que siguen las empresas encuestadoras? ¿Te han realizado alguna encuesta? ¿Confías en ellas?
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