Un equipo interdisciplinario de estudiantes y personas investigadoras de la UNAM puso en operación el prototipo de un reactor biológico (laguna tipo HRAP) en la Chinampa Nantli, ubicada en el Área Natural Protegida de Xochimilco, en la Ciudad de México.
El objetivo de este grupo, liderado por María Teresa Orta Ledesma, del Instituto de Ingeniería (IIA), es generar agua de riego y biomasa como biofertilizante y mejorar los rendimientos de producción de vegetales.
A este modelo se le denomina Tecnología para el tratamiento de aguas residuales y producción de biomasa microalgal valorizable, y también sirve para remover contaminantes como nitratos, nitrógeno amoniacal, materia orgánica oxidable y dióxido de carbono con el uso de un consorcio de microalgas (de los géneros Desmodesmus sp y Scenedesmus obliqqus) y bacterias.
Su ventaja, por la cual el II recibió una patente, es el aprovechamiento de residuos como digestatos anaerobios (estiércol y la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos), orina, aguas residuales y aguas residuales tratadas. Su funcionamiento se basa en el uso del vital líquido de los canales de Xochimilco en ese sistema artificial de cultivo.
En la Chinampa Nantli, la directora del Instituto de Ingeniería, Rosa María Ramírez Zamora, recalcó que esta iniciativa se inscribe dentro de los grupos interdisciplinarios de investigación que trabajan en el eje temático agua, energía, ambiente y seguridad alimentaria.
Resaltó que la instalación del sistema experimental permitió formar y capacitar a alumnas, alumnos, investigadores e investigadoras de diferentes entidades académicas de la UNAM, quienes han contribuido a su desarrollo.
Para la experta es deseable que esta innovación se extienda a otras chinampas, “aunque también es importante que autoridades y sociedad civil participen en este proyecto, mediante el cual los investigadores han salido de sus laboratorios para atender uno de los problemas más graves e importantes para el país, como la escasez de agua”.
Además, que no quede como un artículo de investigación, una tesis de titulación o una patente, sino que se aplique porque es tecnología mexicana y está demostrando que funciona, aseveró Ramírez Zamora.
Con esta iniciativa universitaria, subrayó, se generan fuentes de abastecimiento hídrico para diferentes usos: agua tratada para riego o para los ajolotes, biofertilizante y el uso de los bioresiduos –que se generan a través de este proceso– como fertilizantes en lugar de descargarlos.
Rosa María Ramírez detalló que, bajo la dirección del responsable de la operación del sistema, Ignacio Monje Ramírez, especialista del II, estudiantes e investigadores acuden a la Chinampa Nantli dos veces a la semana para supervisar que el equipo funcione correctamente, así como para recolectar muestras de agua residual tratada y verificar su calidad en el Laboratorio de Ingeniería Ambiental del Instituto de Ingeniería.
Tecnologías ecosustentables
María Teresa Orta Ledesma, líder del proyecto, expuso que se ha probado que el biofertilizante que se obtiene aumenta los rendimientos de cultivos. “Ahora lo vamos a probar en la Chinampa Nantli para mejorar una parcela que tiene problemas de salinidad. La nueva normatividad de la SEMARNAT para aguas tratadas para riego de cultivos exige mayor control en términos de nitrógeno y fósforo, y esta es la única tecnología que podría cumplir”.
Para su funcionamiento requiere poca energía, la cual es suministrada por un panel solar, mientras que las microalgas que se emplean para el tratamiento del agua son nativas de los canales de la Reserva Ecológica de Xochimilco. Por esta tecnología recientemente obtuvieron una patente, reiteró.
Orta Ledesma dijo que la Chinampa Nantli sigue procesos sustentables y su finalidad es disponer de tecnologías ecosustentables acordes con el medio ambiente y el paisaje natural de la zona lacustre.
El proyecto, financiado por el II, se apega a esa filosofía, pues para realizar sus procesos tiene un plus, es decir, su sustentabilidad energética que prácticamente no tiene huella de carbono porque contrario a las tecnologías convencionales, capta el dióxido de carbono del medio ambiente.
Se trata de un sistema inserto en la economía circular, o sea que a partir de un residuo como las aguas de los canales de Xochimilco estamos proporcionando un tratamiento para obtener un recurso hídrico de mejor calidad que podría contribuir a restaurar los canales y, con ello, restituir el equilibrio ecológico de la zona.
En su creación participaron más de 25 personas investigadoras y de 40 a 45 estudiantes de las facultades de Ciencias y de Química, de la Unidad Académica del II en Juriquilla, Querétaro, así como del Instituto de Energías Renovables y la Universidad de Newcastle de Reino Unido. Asimismo, prosiguió, es producto de una década de investigación iniciada con el apoyo de un proyecto del Newton Fund.
Juan Manuel Morgan Sagastume, también investigador del II, señaló que en términos económicos el desarrollo, en comparación con otras tecnologías que existen en el mercado, es el único que por su diseño está en posibilidad de cumplir con la normatividad, además de la facilidad de su instalación y operación.
Sumando esfuerzos de la comunidad científica y de la sociedad se llega a resultados tangibles como esta iniciativa, por lo que es preciso resaltar el apoyo de Omar Peña Meza, propietario de la Chinampa Nantli, parte fundamental para lograr este propósito, y su compromiso para la difusión de la tecnología, externó Rosa María Ramírez.