Cabaret demostró que se podía producir un musical con sentido social

Recientes

Hoy no es día cualquiera, ¡Hoy es “Yellow Day” el Día más Feliz del Año! Aquí te contamos todo

¿Y eso qué? Pues, según muchos, es el día más feliz del año. Sí, como lo oyes. Y no, no es solo porque alguien lo publicó en Instagram con una foto en la pla...

México logra la mayor reducción de pobreza relativa entre países de la OCDE en una década

México registró la mayor disminución de pobreza relativa entre los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) d...

Compran a los Lakers por cifra récord de 10 mil millones de dólares

La familia Buss continuará en la gestión del equipo, pero el control mayoritario pasa a manos del inversionista deportivo más influyente del momento. Una nue...

BMV perfila una caída marginal; GCC lidera los descensos

Las bolsas de valores en México abrieron la jornada del viernes con ligeros retrocesos, extendiendo las pérdidas acumuladas desde la sesión anterior. El nerv...

Grupo Elektra impugnará resolución judicial por adeudo fiscal de 2 mil millones de pesos

La empresa de Ricardo Salinas Pliego acusa sesgo político en el fallo y anuncia que llevará el caso a la Suprema Corte. Grupo Elektra, propiedad del empresar...

Compartir

  • La icónica pieza cinematográfica, ganadora de 8 Premios Óscar, fue un rotundo éxito de taquilla, costó menos de 2.3 millones de dólares y en tres meses obtuvo una cifra similar en beneficios netos, recuerda Orlando Merino Pereira
  • Se cumplen 52 años de su estreno

La película estadounidense Cabaret, dirigida por Bob Fosse, en 1972, muestra un aire de libertad en sus personajes, varias capas de profundidad en cuestiones vigentes como la libertad sexual, la homosexualidad y el reto a las convenciones de las clases sociales, así como un respiro ante el régimen nazi, opina Orlando Merino Pereira, profesor de la Escuela Nacional de Artes Cinematográficas, de la UNAM.

En la década de 1970, cuando habían ocurrido las revueltas estudiantiles de los años 60 en diversas partes del mundo, imperaba una atmósfera de efervescencia por la liberación sexual y el repudio popular a guerras, como la de Vietnam.

Entonces, pensar en una cinta del género musical, el cual estaba de “capa caída”, parecía trivial y frívolo en tiempos de protesta. Pero al irrumpir en la pantalla grande, Cabaret demostró que se podía hacer un verdadero musical con tintes de sentido social, explica el profesor de guion cinematográfico.

Protagonizada por Liza Minnelli, acompañada por Michael York y Joel Grey, la producción es una adaptación libre del musical homónimo de 1966, de los compositores John Kander y Fred Ebb, quienes a su vez se habían basado en la novela de Christopher Isherwood, Adiós a Berlín (Goodbye to Berlin, 1939), y en la obra teatral I Am a Camera (1951) inspirada en ese libro.

También te puede interesar:  Con ambiente rockero fomentan en jóvenes el gusto por la ciencia

Cabaret obtuvo 8 Premios Óscar, entre ellos los de Mejor Dirección, para Bob Fosse; Mejor Actriz Principal, para Liza Minelli; y Mejor Actor de Reparto, para Joel Gray. La competencia por la Mejor Película fue dura, pues compitió y perdió contra El Padrino, de Francis Ford Coppola, que también logró el galardón de Mejor Actor para Marlon Brando, recuerda Merino Pereira.

El filme fue objetivo de críticas entusiastas y un rotundo éxito de taquilla: costó menos de 2.3 millones de dólares y en apenas tres meses consiguió una cifra similar en beneficios netos. También fue ganadora de numerosas distinciones y se conserva en el archivo de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.

En entrevista, Merino Pereira relata que, históricamente, la trama ocurre en la llamada República de Weimar (etapa de 1918 a 1933 en Alemania, también llamado intraguerras), donde privó una gran libertad en Berlín que se aprecia en la cinta, donde se abordan temas como el aborto, la libertad sexual y el pensamiento abierto.

También te puede interesar:  Falta en los mexicanos mayor cultura de donación de órganos

“Sally Bowles (Minelli) es una camarera de vida libre, con relaciones sexuales abiertas quien, sin embargo, no es juzgada por los demás personajes. Bryan Roberts (York) tiene una dudosa sexualidad y el maestro de ceremonias (Gray) es un homosexual aceptado en el club Kit Kat donde se desarrolla la película”, detalla.

Sobre los personajes, ahonda que en ellos se mezclan la farsa, el melodrama, la tragedia de sublimación, y aparece como subtexto una obra didáctica que revela el virulento ascenso de los nazis al poder en Berlín de los años 30 del siglo XX.

Otro dato que cita el universitario es la banda sonora que se desarrolla a partir de música diegética; es decir, aquella donde la fuente de sonido está presente en la película y es parte del relato.

“Esto es explicable porque el cine musical tiene su origen en el teatro musical, y por ello la banda sonora en el club Kit Kat tiene un protagonismo inolvidable”, apunta.

“Vista en retrospectiva, la cinta de Fosse da cuenta de lo peligroso que pueden ser los regímenes populistas, presentes en este siglo XXI con figuras como Bolsonaro, Putin y Trump”, finaliza Merino Pereira.

Comentarios