El diario estadounidense The Washington Post advirtió que a un año de la implementación del sistema penal acusatorio, los resultados han sido caóticos.
En el periódico se señala que si bien este sistema es la revisión más profunda de la estructura legal de México en más de un siglo, el reparto de culpas y la confusión reinan en cada eslabón de la cadena legal.
“La policía se queja de horas perdidas en llenar formas laboriosas; los fiscales culpan a los jueces por liberar a los delincuentes; los jueces acusan a la policía mal capacitada de cometer errores en las escenas del crimen. Mientras tanto, los poderosos cárteles de la droga están explotando las debilidades en el nuevo sistema y están forzando a las autoridades de amenazas de muerte y sobornos”, indica el matutino.
Además, se explica que los jueces esperan que las policías sean igual de precisas que sus homólogas en Washington o Londres, la realidad que impera en el país es que los agentes policiacos apenas saben leer y viven en lugares que parecen verdaderas zonas de guerra.
«El nuevo sistema de justicia penal en México, proviene de una vieja estructura legal basada en un sistema inquisitorial, modelado por el sistema de partido único que definió a México durante la mayor parte del siglo 20», y que busca continuar con el candidato del PRI Antonio Meade.
«En ese contexto, la policía a menudo era vista como un instrumento de control, no de investigación, y se esperaba que los funcionarios judiciales fueran leales al gobernante PRI, en tanto que los jueces raramente estaban en desacuerdo con los casos escritos reunidos por los fiscales.»
Con información de Reforma