Alrededor de 300 centroamericanos que participaron en el Viacrucis del Migrante exigieron en Tijuana frenar la política de miedo de Donald Trump al tiempo que en la garita de San Ysidro, California, solicitaron asilo político al gobierno de EU por la violencia y la delincuencia que se registra en sus países de origen.
Irineo Mújica, representante de la organización Pueblos sin Fronteras, le precisó a Trump que «no somos criminales, no somos terroristas, que nos dé la oportunidad de vivir sin miedo, sé que Dios le va a tocar el corazón. Gracias y vamos para adentro” de Estados Unidos.
Mario López, un salvadoreño residente en México y activista de Pueblos Sin Fronteras, dijo que la estrategia fue la petición colectiva y confió en «que los acepten a todos».
Durante la mañana de ayer, 150 integrantes de la caravana se trasladó del albergue 2000 -en el centro de la ciudad- a Playas de Tijuana -en la parte donde empieza América Latina- para participar en un encuentro binacional con organizaciones civiles de Estados Unidos que los asesoran para obtener asilo político por las condiciones de violencia que viven en sus lugares de origen.
Una veintena de jóvenes treparon el muro que divide a México, mientras los centroamericanos se acomodaron en la playa del Océano Pacifico en donde también se extiende mar adentro un muro de acero.
Entonaron el himno nacional de Honduras y los migrantes que treparon el cerco gritaron consignas, entre ellas “Alerta, alerta, alerta que camina la lucha del emigrante por América Latina” y «Los migrantes no somos criminales, somos trabajadores internacionales, porque nos matan, porque nos asesinan, si somos la esperanza de América Latina”
Con información de La Jornada