A más de cuatro años de haberse aprobado la Reforma Educativa, los salarios y prestaciones de los docentes de educación básica, media superior y superior no se han visto beneficiados con incrementos sustanciales, pese a las crecientes modificaciones de sus condiciones de trabajo que, entre otros cambios, obligan a los maestros a evaluarse cada año para acceder a esos apoyos y estímulos salariales.
En lo que va del sexenio el aumento promedio directo al salario se ha mantenido por debajo de 4 por ciento.
Reportes elaborados por el SNTE con los resultados de las negociaciones salariales, revela que el incremento para una plaza inicial de docente de formación básica con salario integrado, pasó de 9 mil 925 pesos en 2013 a 11 mil 819 pesos mensuales en 2017 (sin descuentos por impuestos), es decir, un incremento de mil 894 pesos, aunque en dicho monto no se incluye el impacto de la inflación, pues los incrementos directos al salario alcanzados en la negociación SEP-SNTE se han mantenido, en lo que va del sexenio, por debajo del techo establecido para el aumento en las percepciones mínimas.
En el caso del personal de apoyo y asistencia a la educación, así como del docente, no docente, de apoyo y asistencia a la educación media superior y superior, denominados homologados, han tenido la misma tendencia en el crecimiento salarial, por lo que 2013 fue el año en que alcanzaron el mayor aumento directo al salario, con 3.9 por ciento, y en prestaciones llegó a 2.4 por ciento, cifras que se redujeron a 3.08 y 1.98, respectivamente.
Con información de La Jornada