Inspectores mexicanos rechazaron desde abril el ingreso de tres cargamentos de piel de cerdo procedentes de Estados Unidos, de la planta de Smithfield Foods, así como de otra empresa, dijo a Reuters la autoridad sanitaria del país latinoamericano.
En México la piel de cerdo se utiliza principalmente para hacer chicharrones, un popular manjar frito que acompaña una gran variedad de platos típicos. El producto no es tan apreciado por consumidores estadounidenses, lo que subraya la naturaleza complementaria del comercio binacional de la carne de cerdo.
México fue el mayor mercado de exportación de carne de cerdo estadounidense por volumen antes de ser superado por China en 2020.
Después de notificar a las autoridades estadounidenses sobre pieles contaminadas, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) solicitó el 16 de junio que se revocara la licencia de exportación de la instalación en Tar Heel, Carolina del Norte, de Smithfield .
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos anunció la suspensión el lunes.
Smithfield, propiedad de WH Group y que cotiza en Hong Kong, dijo en un comunicado que el problema no estaba relacionado con ellos o la instalación, sino que se debe a una empresa externa y que las autoridades estaban trabajando para resolver el asunto.
Por su parte, Senasica aseguró que el distribuidor externo era Rava Forwarding Inc, que también dejó de ser elegible para exportar desde su instalación de almacenamiento en frío situada en Laredo, Texas, el 18 de junio.
La reanudación de envíos desde cualquiera de las instalaciones probablemente llevará al menos unos meses, explicó la oficina de prensa de Senasica.
La planta en Tar Heel de Smithfield, la más grande del mundo, puede sacrificar más de 34,000 cerdos por día, aproximadamente el 7% de la capacidad con que cuenta Estados Unidos, de acuerdo a estimaciones industriales.
La decisión de Senasica para evitar más exportaciones desde las instalaciones de Smithfield y Rava se basó en la acumulación de cargamentos contaminados de pieles de cerdo en refrigeración.
Uno de estos rechazos de mercancía ocurrió el 15 de abril de la planta de Tar Heel, y se produjo después de que los inspectores observaron un producto en descomposición que estaba cubierto de «manchas amarillentas».
Dos rechazos posteriores ocurrieron en junio, que pudo haber incluido una mezcla de productos de ambas instalaciones, los cuales revelaron más manchas y brotes de hongos.
Rava no pudo ser contactado de inmediato para hacer comentarios.
Información de Reuters