Alfonso Romo, jefe de gabinete de Andrés Manuel López Obrador y el fundador de Enerall, ha sido señalado por una investigación periodística como responsable de causar graves daños ecológicos en la selva de Yucatán.
De acuerdo con el trabajo publicado por Connectas, durante la expansión de Enerall se destruyó un cenote, algo que se considera delito federal, pero que a pesar de que se clausuró y se multó a la empresa la Profepa quitó la multa de manera irregular.
Así, Enerall se convirtió en la máxima explotadora de agua subterránea para uso agrícola del Acuífero de Yucatán, area que contiene la reserva de agua dulce más importante del país, cuyo nivel de disponibilidad anual ha bajado casi 50% en la última década.
Enerall consiguió acaparar casi 15,000 hectáreas de terreno y decenas de concesiones para ocupar hasta 16.8 millones de m3 de agua cada año.
Además, para hacer fértil la tierra Enerall insertó microorganismos en sus terrenos. “Lo que la naturaleza hace en 200 años, nosotros lo hacemos en uno”, dijo Romo.