Venezuela sigue paralizada este miércoles por un apagón que ha detenido la actividad del país petrolero y se ha sumado en la desesperación a sus habitantes, sin solución a la vista.
«Este caos que se vive, sales y no sabes ni siquiera si llegas a tu casa, si consigues para comer, y ahora la luz y el agua, nada, estamos viviendo lo más desagradable que se ha podido vivir en Venezuela«, se lamentó Mildred Tejeras, una ama de casa de 48 años.
El país petrolero de 30 millones de habitantes volvió a quedar a oscuras el lunes a las 13H22 (17H22 GMT) muy pocos días después de la peor falla eléctrica de su historia, que se inició el 7 de marzo y duró casi una semana.
La falla volvió a colapsar el suministro de agua, el transporte de metro, las redes de telefonía e internet y la banca electrónica, vital ante la falta de efectivo que genera la voraz hiperinflación.
«La mercancía se daña, no hay agua, el transporte casi no funciona, no hay comunicación, yo no sé lo que pasa con mi familia, la inseguridad se agrava», fustigó Néstor Carreño, encargado de una pizzería que debió cerrar.
Además de la capital, el corte afecta a 21 de los 23 estados, según reportes de usuarios en redes sociales. El gobierno socialista no suele dar informes del impacto de este tipo de emergencias.
El masivo apagón de una semana hace 20 días afectó con dureza a los hospitales, ya castigados por la falta de insumos y medicinas. Según ONGs, una decena de pacientes murieron a raíz de los cortes.
El apagón se ha convertido en el último frente de batalla entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, liderada por el jefe parlamentario Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado por más de 50 países. Maduro dice que se trata de un «ataque terrorista» de la oposición amparada por Estados Unidos. Guaidó argumenta que no es más que la última prueba de la ineficacia y corrupción del gobierno.
Con información de AFP