En un giro inesperado dentro de la política comercial de Estados Unidos, el asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, confirmó este martes que el presidente Donald Trump ha decidido no duplicar los aranceles al acero y al aluminio procedentes de Canadá. Con ello, se mantiene el gravamen inicial del 25%, descartando la posibilidad de que la medida escalara al 50% como se había anticipado en días recientes.
La decisión fue anunciada en conferencia de prensa, cuando Navarro fue cuestionado directamente sobre si Trump impondría finalmente el aumento arancelario el miércoles. «Puedo confirmarles eso», respondió el asesor, refiriéndose a la cancelación de la medida que habría generado nuevas tensiones comerciales con el gobierno canadiense.
Una medida que calma las tensiones bilaterales
La posibilidad de incrementar los aranceles había generado inquietud en el sector industrial norteamericano, así como en el mercado internacional. De haberse concretado el aumento, analistas advertían sobre el riesgo de represalias por parte del gobierno de Canadá, encabezado por el primer ministro Justin Trudeau, además de un encarecimiento inmediato en los costos de producción de diversas industrias estadounidenses, particularmente las automotrices y de la construcción.
La permanencia del 25% sobre el acero y el aluminio canadienses es vista como una decisión que busca preservar el equilibrio en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), en un momento en que el comercio internacional enfrenta desafíos significativos.
Aranceles como estrategia de presión
Desde su llegada a la presidencia, Donald Trump ha utilizado los aranceles como una herramienta de presión en sus negociaciones comerciales. En marzo de 2018, impuso un arancel del 25% al acero y del 10% al aluminio a diversos países, bajo el argumento de proteger la seguridad nacional y fomentar la producción interna. Canadá fue uno de los países exentos temporalmente, aunque posteriormente se le aplicaron estas tarifas.
La amenaza de duplicar los aranceles a productos clave como el acero y el aluminio había generado alarma tanto en Ottawa como entre los socios comerciales del país vecino, quienes consideran que el uso de estas medidas proteccionistas puede derivar en una guerra comercial.
¿Qué sigue en la relación comercial?
Aunque la decisión de Trump parece mitigar, al menos por ahora, un posible conflicto bilateral, expertos advierten que la política comercial del actual gobierno estadounidense sigue siendo impredecible. La relación económica entre Estados Unidos y Canadá, dos de los principales socios comerciales a nivel mundial, continuará en observación permanente por parte de la comunidad internacional.
Las decisiones que adopte Washington en materia arancelaria serán determinantes en la estabilidad del comercio regional y global, en un contexto de incertidumbre económica y creciente proteccionismo.