En punto de las 21:00 horas locales, una columna de humo negro emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina, indicando al mundo que no hubo consenso en la primera votación del cónclave 2025. Así dio inicio oficialmente el proceso para elegir al nuevo pontífice de la Iglesia católica, tras la muerte del Papa Francisco el pasado 21 de abril.
Este es el tercer cónclave del siglo XXI y se desarrolla bajo un estricto protocolo de confidencialidad. Los 133 cardenales electores —todos menores de 80 años— fueron encerrados dentro del recinto sagrado a las 17:46 horas locales, luego de que se pronunciara la tradicional fórmula en latín “Extra omnes”.
Sin consenso en la primera jornada
La fumata negra, símbolo de desacuerdo, se mantuvo visible por varios minutos para evitar cualquier confusión sobre su color. No se espera una nueva votación este mismo día, lo que da tiempo a los cardenales para reflexionar, cenar y descansar dentro del territorio vaticano, del cual no pueden salir ni comunicarse con el exterior bajo pena de excomunión.
Miles de fieles se reunieron en la Plaza de San Pedro en espera del resultado, muchos con la esperanza de ver el humo blanco que anunciaría la elección del nuevo papa.
La complejidad de una elección espiritual
Durante la décima congregación general previa, los cardenales abordaron temas clave como el papel social de Cáritas, la división en la Iglesia, el cambio climático y la urgencia de un liderazgo espiritual renovado. Antes de la votación, el predicador Raniero Cantalamessa ofreció una meditación final.
Para que un nuevo papa sea electo, debe obtener al menos 89 votos (dos tercios de los electores). Hasta lograrlo, el mundo esperará atento la señal blanca que asome por la chimenea vaticana y las cortinas rojas que se abrirán en el balcón central de la Basílica de San Pedro.
El humo es negro. Algún día sabremos por qué tardó tanto.
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— Joaquín López-Dóriga (@lopezdoriga) May 7, 2025