El director de Derechos Humanos de la Sedena declaró que las fuerzas armadas no son responsables de la violencia en el país, sino la delincuencia organizada, el tráfico de armas, los jefes policíacos “en nómina del narco” y las fuerzas públicas que se vendieron. Dicho en el marco del foro «Seguridad y participación ciudadana«, organizado por la Cámara de Diputados. Además, deslindó al Ejército en el caso de los 43 normalistas y aseguró que «los militares no son violadores sistemáticos de los derechos humanos ni suplantan o sustituyen a la autoridad civil en el combate a la delincuencia.»
En 2017 -año más violento- según el ombudsman las quejas sobre violaciones a Derecho Humanos se redujo en un 76%, lo cual demuestra que la violencia no la han generado las fuerzas armadas, y cuestionó que el tráfico de armas de alto poder se intensificó a partir de que Estados Unidos liberó su comercio hace una década, lo que derivó en la proliferación de ventas en México y Centroamérica. Y agregó:
«La venta de armas provocó que el poder de fuego de las policías fuera superado por el de la delincuencia organizada. Por ello se definió que tendríamos que ayudar y auxiliar a las fuerzas públicas, porque se vieron superadas, no sólo en equipo y adiestramiento, sino también en aspectos éticos, de comisión, porque se vendieron a la delincuencia»
Con información de La Jornada