Esto suena a leyenda, pero no, ¡es ciencia!, porque ojo, esto no es una escena de Game of Thrones ni un capítulo nuevo de Black Mirror. Esto está pasando en el mundo real: los lobos terribles han vuelto. Sí, como lo oyes… los mismitos que reventaban huesos con las mandíbulas y dominaron América hace más de 10 mil años.

Resulta que una empresa llamada Colossal Biosciences, que suena a laboratorio de película de Marvel, pero existe, anunció que logró revivir al mítico «lobo terrible», ese que era un 20% más grande que un lobo gris y que se hizo famoso gracias a los direwolves de Game of Thrones. Según lo publicó la revista Time, estos cuates armaron la resurrección genética más salvaje del año.

¿Y cómo lo hicieron?

Pues según la información, sacaron ADN antiguo de restos fósiles, como un colmillote de hace 13 mil años y un cráneo de hace 72 mil. Luego lo compararon con el genoma del lobo gris actual y detectaron 20 diferencias clave en 14 genes. Cambios que definían cosas como el tamaño brutal, la musculatura de gimnasio, los dientotes y hasta el pelaje blanco. O sea, no era cualquier canino.

Y después… ¡pum! Ingeniería genética al mil por ciento.

Editaron células madre de un lobo gris, metieron esos genes modificados en embriones, y los implantaron en dos perras normales que actuaron como vientres prestados. Así nacieron tres criaturas: Rómulo, Remo y Khaleesi. Sí, como los personajes míticos y de serie. Qué nivel.

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“Conocé a Rómulo y Remo, los primeros animales resucitados de la extinción. El lobo terrible, perdido en la historia hace más de 10.000 años, ha regresado. Renacidos el 1 de octubre de 2024, estos extraordinarios cachorros fueron devueltos a la vida gracias al ADN antiguo extraído de restos fosilizados”, publicó Colossal en su cuenta de X.

 ¡Bum! Así, sin anestesia. Y lo más loco: los lobitos ya están vivos, en una reserva secreta para que no llegue la turba a tomarse selfies. Dicen los científicos que su comportamiento es salvajón, más como lobo que como perrito domesticado. Y claro, con nombres como esos, no iban a ser unos peluches.

Beth Shapiro, la mera jefa científica de Colossal, se aventó una reflexión que pone a pensar:

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“Deberíamos darnos la oportunidad de ver qué pueden hacer nuestros grandes cerebros para revertir algunas de las consecuencias negativas que ya hemos causado al mundo”.

Y el CEO, Ben Lamm, soltó una joya poética:

«Escuchar el primer aullido de Rómulo y Remo fue como retroceder en el tiempo. Es un sonido que no se oía desde hace milenios».

Pero ojo, todavía no hay publicaciones científicas que avalen todo esto. Aún no se sabe si estos lobos son idénticos a los originales o una versión moderna vitaminada. Lo que sí es cierto es que la empresa ya va tras más especies, como el mamut lanudo y el tigre de Tasmania, usando elefantas y marsupiales como madres sustitutas. Un plan tan ambicioso que parece sacado del canal Discovery mezclado con Netflix.

 Y la pregunta es… ¿Estamos rescatando especies o jugando a ser dioses?

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