- María Soledad Funes Argüello, María Imelda López Villaseñor, Ana Carolina Sepúlveda Vildósola y Luis Bernardo Tovar y Romo comentaron sobre los retos y logros de la LIBB, además de las aportaciones para la ciencia por parte de sus egresados
Durante cinco décadas, la Licenciatura en Investigación Biomédica Básica (LIBB) ha formado juventudes críticas, entusiastas, enfocadas, rápidas en su aprendizaje y ambiciosas en sus metas, con pasión por el conocimiento y capacidad para cuestionar lo establecido, afirmó la coordinadora de la Investigación Científica de la UNAM, María Soledad Funes Argüello.
En la ceremonia por el 50 aniversario de esa licenciatura, la también investigadora destacó: las y los egresados se han constituido en líderes en sus campos de conocimiento, al desarrollar investigaciones que contribuyen a esclarecer el funcionamiento celular, procesos genéticos, impacto de las enfermedades, así como abrir caminos para innovaciones en tratamientos y prevención.
El impacto de sus aportaciones se muestra en publicaciones científicas y en el bienestar de la sociedad, en la formación de nuevas generaciones de científicos y en una comunidad que valora y apoya la investigación como pilar para el desarrollo, dijo ante académicos, estudiantes y personal reunido en el auditorio Alfonso Escobar Izquierdo, del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBO).
Al hacer uso de la palabra, la directora del IIBO, María Imelda López Villaseñor, recordó que la LIBB surgió como un proyecto académico de licenciatura, maestría y doctorado en Investigación Biomédica Básica, en la entonces Unidad Académica de los Ciclos Profesional y de Posgrado (UACPyP), del Colegio de Ciencias y Humanidades; fue aprobado en 1973 y las clases iniciaron un año después, en la época del exrector Guillermo Soberón Acevedo.
La meta más ambiciosa de la LIBB, explicó, ha sido introducir a la población estudiantil de biomedicina en el trabajo activo de investigación científica, a través de rotaciones anuales en diferentes laboratorios bajo la supervisión de investigadores.
Rememoró que en 1997, con la desaparición de la UACPyP, la Facultad de Medicina (FM) alojó la licenciatura y la administración está bajo la responsabilidad del IIBO; el Instituto de Fisiología Celular (IFC) se integró también como entidad sede, estrechando y fortaleciendo los vínculos entre las entidades académicas participantes.
Al respecto, la directora de la FM, Ana Carolina Sepúlveda Vildósola, comentó que gracias al sistema de rotaciones, la LIBB es pionera en este tipo de enseñanza tutorial y personalizado, ejemplo para el diseño de planes académicos de otras licenciaturas.
Nuestros egresados tienen la meta de enfrentar los grandes retos del país, con el compromiso y orgullo de ser pumas, manifestó.
A su vez, el director del IFC y egresado de la LIBB, Luis Bernardo Tovar y Romo, destacó que la investigación biomédica básica no se enfoca en encontrar soluciones inmediatas a los problemas de salud, sino en ampliar nuestro entendimiento de la vida, lo que requiere de profesionales con una visión sólida, crítica, y alto compromiso con la ciencia y la sociedad.
La formación de científicos de alto nivel en México, prosiguió, es clave para entender, diagnosticar y resolver problemas en áreas sensibles como la salud; poseen, además, una perspectiva social y cultural que les permite entender mejor los contextos y desafíos, y son capaces de generar soluciones contextualizadas adecuadas para nuestra realidad.
Para Juan Miranda Ríos, coordinador de la LIBB, la ciencia es importante porque permite comprender mejor el mundo y sobrevivir a sus desafíos. La Licenciatura ha promovido desde sus orígenes el pensamiento analítico de estudiantes.
Aprender a hacer ciencia a una edad temprana es un camino complicado y lleno de obstáculos, pero nos hace sentir una gran satisfacción cuando los experimentos se concretan y tenemos resultados que se pueden interpretar, apuntó.