• Nadine Flora Gasman Zylbermann y Jennifer Hincapie Sánchez también participaron en la ceremonia de clausura del tercer Diplomado de Ética de la Salud de la Ciudad de México
• Es avalado por el Programa Universitario de Bioética de la UNAM, acreditado por la Secretaría de Salud e implementado por la Comisión de Bioética de la Ciudad de México.
La ética y la bioética son ejes transversales de nuestra acción en todos los ámbitos, y deben ser valoradas como parte integrante de nuestras actividades, más si están en la esfera pública, indicó el coordinador de Humanidades de la Universidad Nacional, Miguel Armando López Leyva.
En la ceremonia de clausura del tercer Diplomado de Ética de la Salud de la Ciudad de México, y ante la secretaria de Salud de la Ciudad de México, Nadine Flora Gasman Zylbermann; y la directora del Programa Universitario de Bioética (PUB) de la UNAM, Jennifer Hincapie Sanchez, sostuvo:
Es de resaltar que el ejercicio de colaboración de esta actividad académica, un programa gratuito y virtual, es organizado e implementado por la Comisión de Bioética de la Ciudad de México, acreditado por la Secretaría de Salud y avalado por el Programa Universitario de Bioética de esta Universidad.
En estos momentos en que las incertidumbres prevalecen y los marcos analíticos cambian con rapidez, es de la mayor importancia no perder de vista los fundamentos de nuestra vida social que competen a los gobiernos, pero que requieren de la atención y reflexión de otros agentes, entre ellos de la academia y la sociedad civil, manifestó.
Cabe resaltar que en la tercera generación del Diplomado se capacitó a 102 personas durante un año, quienes egresaron de este programa especializado y recibieron su diploma.
En el acto celebrado en el auditorio Jorge Carpizo de la coordinación de Humanidades, Nadine Flora Gasman comentó que la ética en salud es un principio vivo que orienta nuestras decisiones cotidianas, especialmente cuando nos enfrentamos a dilemas difíciles.
Aseguró que el Diplomado es resultado de una valiosa colaboración interinstitucional entre universidades e instituciones de salud. Su enfoque crítico, laico, con perspectiva de género y sensibilidad multicultural lo distingue y lo convierte en una propuesta formativa profundamente pertinente y transformadora, totalmente acorde a los momentos históricos que estamos viviendo en nuestro país y en esta urbe.
Dijo que cooperar con la Universidad de la nación permite reflexionar sobre este quehacer ético que apuesta por profesionalizar los fundamentos que orientan nuestras decisiones en salud.
Al hacer uso de la palabra, Jennifer Hincapie felicitó a las y los egresados, porque elegir ética de la salud en un contexto como el actual no es una decisión menor.
Implica interrogar lo que damos por sentado, abrir espacio a la duda, al desacuerdo respetuoso y al compromiso activo con la transformación de las prácticas sanitarias. Hoy reconocemos su deber académico, apuntó.
Formarse en ética, resaltó, es aprender conceptos o teorías y asumir una responsabilidad pública: actuar con integridad, promover el respeto por la autonomía de las personas, enfrentar desigualdades estructurales en salud y cuidar con dignidad a quienes confían en los servicios que ustedes les ofrecen.
En su oportunidad, David Benítez Valladares, secretario técnico de la Comisión de Bioética de la Ciudad de México, informó que esta tercera generación es la que más egresados tiene, 102 en total. Sumando las tres ediciones son 230.
El Comisionado Nacional de Bioética, Patricio Santillán Doherty, dijo que la tecnociencia y la biomedicina necesitan de mayores controles. En esta última lo que hacemos se sustenta en el conocimiento científico que se produce de manera continua y permanentemente se valoran y reestablecen sus parámetros de utilidad. Es decir, lo aplicamos a través de procesos, acciones de atención y procedimientos educativos de manera transversal entre nosotros.
A nombre de los egresados, Berenice Velázquez Torres consideró que el Diplomado les brindó conocimientos y metodologías, además de que los enriqueció como seres humanos y profesionales de la salud, así como de la investigación.
Impartido por expertos en bioética hospitalaria y de investigación de primer nivel de atención, nos abrió los ojos a conceptos fundamentales que guían nuestra práctica diaria, reconoció.
Asistieron Indrani Morales Astudillo, responsable del Programa Institucional de Ética y Bioética de la Facultad de Medicina de la UNAM; y Ricardo Arturo Barreiro Perera, subsecretario de Prestación de Servicios Médicos e Insumos de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México.