La estrategia coordinada del Banco Central y la Secretaría de Hacienda “tomó por sorpresa a algunos participantes” en la economía y los mercados financieros, sostuvo Carstens. “No debía haber sido el caso. No fueron medidas improvisadas, sino resultado de un meticuloso proceso de análisis entre la Secretaría de Hacienda y el Banco de México”, argumentó el gobernador del Banco Central, en un discurso pronunciado ante el presidente Enrique Peña Nieto, banqueros y empresarios.
Las autoridades monetaria y fiscal, añadió, simplemente recurrieron al uso de instrumentos de estabilización a su disposición “y que no dudaremos, en lo que hace al Banco de México, para volver a usar en el caso de que sea necesario”.
El 17 de febrero, el Banco de México anunció un incremento de medio punto en su tasa de interés, de referencia en el mercado de crédito, luego de una reunión extraordinaria de su junta de gobierno. De manera simultánea, la Secretaría de Hacienda dio a conocer un recorte de 132 mil 300 millones de pesos en el gasto público de este año, con el fin de que la reducción de ingresos derivada de la caída en el precio del petróleo, no afectara las metas fiscales. Ambas instituciones, en la misma fecha, dieron a conocer que pondrían fin a la intervención del Banco de México en el mercado cambiario por medio del mecanismo de subasta de dólares de la reserva de divisas, que fue sustituido por una política de intervenciones discrecionales.
Con información de La Jornada