Después de casi tres años de procesos legales, apelaciones y presiones diplomáticas, el Tribunal Regional de Jerusalén declaró procedente la extradición del ex diplomático y ex conductor mexicano Andrés Roemer, acusado de múltiples delitos sexuales en México. El fallo representa un avance significativo en la exigencia de justicia impulsada por diversas víctimas y por el gobierno mexicano.
Roemer huyó a Israel tras las primeras denuncias en su contra, presentadas en abril de 2021. Desde entonces, se refugió en ese país, amparado por la ausencia de un tratado formal de extradición entre México e Israel. Sin embargo, las autoridades israelíes respondieron positivamente a la solicitud de extradición bajo el principio de reciprocidad internacional, un recurso diplomático que permite avanzar en casos en los que no existe acuerdo bilateral.
Cinco carpetas de investigación activas
Autoridades federales confirmaron que existen cinco solicitudes de extradición contra Roemer, cada una derivada de carpetas de investigación iniciadas por la Fiscalía de la Ciudad de México. Las denuncias por delitos sexuales han sido respaldadas por testimonios consistentes y pruebas que han permitido sustentar los casos, uno a uno, ante las instancias internacionales.
La primera solicitud formal de extradición fue enviada en noviembre de 2021, meses después de que se hiciera pública la primera denuncia. En octubre de 2023, Roemer fue detenido en Israel con fines de extradición, y desde entonces su defensa ha interpuesto apelaciones para evitar su entrega a las autoridades mexicanas.
Reciprocidad internacional: un camino legal complejo
Aunque no existe un tratado bilateral de extradición, el caso avanzó gracias a la figura de reciprocidad internacional, un mecanismo excepcional que permite a dos países cooperar jurídicamente cuando hay voluntad política y fundamentos legales sólidos. Israel, en una decisión inusual pero contundente, accedió a colaborar con México en este proceso judicial.
La Fiscalía de Israel ha dado seguimiento puntual al caso, y su colaboración ha sido interpretada como un gesto de respeto a los principios internacionales de justicia. El procedimiento aún no concluye: Roemer cuenta con la posibilidad de agotar sus recursos legales ante tribunales superiores, pero las probabilidades de frenar su extradición se reducen con cada fallo adverso.
Un caso que marcó un precedente
Andrés Roemer, quien alguna vez gozó de prestigio como diplomático, académico y promotor cultural, enfrenta hoy un escenario radicalmente distinto. Su caso no solo ha tenido gran resonancia en medios nacionales e internacionales, sino que también ha evidenciado la importancia de fortalecer mecanismos de cooperación entre países para hacer frente a delitos que trascienden fronteras.
Las víctimas han exigido justicia con firmeza desde el primer día. Ahora, con la decisión del tribunal israelí, el proceso de extradición entra en su fase final. La sociedad mexicana observa con atención, esperando que la justicia se concrete, sin importar el tiempo que haya tomado llegar hasta aquí.