Un reciente estudio de la Universidad de Harvard y publicado en Diabetes Journal dice que si eres de los que te gusta la carne animal «bien cocida» y a las brasas es más dañino de lo que crees, pues está directamente relacionada con la diabetes. ¡Tómala!
«Independientemente de la cantidad que se consuma de proteínas de origen animal, las altas temperaturas de cocción del pollo y las carnes rojas, se asocian con un mayor riesgo de la diabetes tipo 2», dice el estudio publicado en Diabetes Journal.
«Nuestra investigación sugiere que el riesgo de diabetes aumenta no solo por el tipo y la cantidad de carne consumida, sino la forma de cocinarla…», dijo Gang Liu, quien es el investigador del Departamento de Nutrición de la Escuela Salud Pública de Harvard, quien con el estudio realizado, se observó por más de 10 años a 289,000 personas, que en un inicio no presentaban enfermedades cardiovasculares, cáncer ni diabetes.
Los investigadores no están muy seguros de lo que sucede, para que comer de esta manera la carne provoque el riesgo mencionado, pero creen que podría ser por las altas temperaturas de cocción, las cuales provocan sustancias tóxicas como las aminas heterocíclicas (AHC) y los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP).
Y la pregunta del día es… ¿se va a hacer o no se va a hacer la carnita asada?