• La UNAM y el Instituto Max Planck de Alemania signaron un convenio a favor de la investigación y para promover estancias académicas; beneficiará a la comunidad universitaria
• Armin von Bogdandy alertó sobre el duro golpe que ha significado para las democracias mundiales la tormenta de la polarización, el populismo y los autoritarismos
• Académicas y académicos, acompañados de juristas y especialistas de América y Europa, así como de representantes de organismos internacionales, analizaron el papel de las instituciones de educación superior en entornos de incertidumbre.
“La autonomía universitaria y las libertades académicas deben reconocerse como condiciones indispensables para preservar la salud democrática, pues sin pensamiento crítico, sin investigación independiente y sin espacios educativos libres de coerción política o económica, la democracia pierde su capacidad de cuestionarse”, afirmó el rector de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, en el XII Seminario “Impactos democráticos transformadores del Sistema Interamericano de Derechos Humanos”, celebrado en el Instituto Max Planck de Derecho Público Comparado y Derecho Internacional (MPIL).
El rector dictó la conferencia inaugural “Autonomía y Libertades Académicas como Pilares de la Resiliencia Democrática”, acompañado por el director del MPIL, Armin von Bogdandy; Hartmut Rank, director del Programa Estado de Derecho para Latinoamérica de la Konrad-Adenauer-Stiftung; y Tania Reneaum Panszi, secretaria Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Lomelí Vanegas reflexionó que a lo largo de la historia la autonomía ha sido una conquista de las comunidades universitarias que han refrendado varias generaciones frente a nuevos desafíos. Por ello, consideró que “atacar esta libertad equivale a amenazar la posibilidad de analizar críticamente la democracia en sus límites y posibilidades”.
Asimismo, el rector aseguró que el sistema de educación superior y sus comunidades no solo generan y transmiten conocimientos, sino que también son espacios de creatividad, crítica y resistencia ante procesos autoritarios; y por ello, defender a las universidades libres y la investigación crítica es una acción de progreso, una forma de cuidar el presente y cimentar un futuro.
Por su parte, Armin von Bogdandy advirtió sobre el duro golpe que ha significado para las democracias mundiales “la tormenta de la polarización, el populismo y los autoritarismos cuyas consecuencias no conocemos en toda su dimensión”.
El profesor y jurista alemán precisó que “la resiliencia es nuestro concepto de esperanza. Debemos cimentarla en los espacios que nos quedan en la sociedad civil y las universidades”.
Durante la sesión vespertina el abogado general de la UNAM, Hugo Alejandro Concha Cantú, encabezó la sesión “Una mirada nacional a los desafíos democráticos: El caso de México”; y la directora del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de esta casa de estudios, Mónica González Contró, participó en el panel “América Latina y los desafíos de la democracia”.
En el encuentro celebrado en la sede del MPIL, en Heidelberg, Alemania, expertas, expertos, académicas, académicos, investigadoras e investigadores de esta nación, Bélgica, Brasil, Colombia, España, Francia, Inglaterra, Uruguay, además de representantes de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, la Organización Internacional del Trabajo y la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), coincidieron en que la sociedad civil, la academia y la ciencia son, hoy por hoy, espacios de resiliencia democrática.
A lo largo de esta primera jornada, el exjuez de la CIDH e investigador del IIJ, Eduardo Ferrer Mac-Gregor, presentó y explicó la trascendencia de la Opinión Consultiva 32 (OC-32) que fue notificada el 3 de julio pasado, en la que este tribunal internacional reconoció, por primera vez, que la crisis climática es una amenaza real frente a la cual los estados tienen responsabilidades para proteger a las personas y al clima.
El jurista mexicano dijo que la OC-32 de la CIDH fue solicitada por Chile y Colombia, pero es vinculante para los más de 30 países de América Latina y el Caribe que forman la Organización de Estados Americanos.
Más tarde, la UNAM y el Instituto Max Planck firmaron un acuerdo de entendimiento para impulsar la cooperación en áreas de investigación, promover estancias del personal académico, investigadoras, investigadores y estudiantes.
Los asistentes recordaron que este Seminario entre la UNAM y el Instituto Max Planck inició hace 12 años, gracias al impulso que le dio el exrector de la Universidad Nacional, Jorge Carpizo McGregor.
La Sociedad Max Planck cuenta con instituciones de investigación científica y en humanidades, lo que la constituye como unos de los centros de ideas e innovación más importantes de Alemania.
En sus diversas instituciones, aulas y laboratorios se han formado 31 Premios Nobel quienes fueron miembros científicos de la Sociedad Max Planck o de su predecesora, la Sociedad Kaiser Wilhelm. Su excelencia es reconocida en todo el mundo.