Es sustancial generar políticas de participación y de reconocimiento de las mujeres en el campo de la salud. La atención e investigación en este ámbito van a cambiar cuando se consideren las experiencias, vivencias y sentires femeninos, porque permitirá complementar numerosos campos del conocimiento y abordar otros que no habían sido tratados, afirmó la titular de la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM, Norma Blazquez Graf.
Al poner en marcha el Foro por el Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, destacó que en la Universidad Nacional existe una propuesta de igualdad de género, y la Facultad de Medicina (FM) se ha caracterizado, y más ahora, en la consolidación e impulso de esa política en la salud.
No podemos olvidar lo que acaba de pasar con la pandemia: cómo el conocimiento biomédico fue fundamental para resolver incertidumbres, y a quienes estuvieron al frente del cuidado de las personas, resaltó.
La inclusión de la perspectiva de género en la salud es fundamental a partir de la prevención, atención, conocimiento y formación para la práctica médica. “Es un gran cambio que las mujeres representen el 60 por ciento de la matrícula de licenciatura, y ojalá sea así en el posgrado muy pronto”. Con ese personal, la calidad de la investigación y la docencia en este campo va a ir transformando, subrayó Blazquez Graf.
A su vez, María del Carmen Jiménez Martínez, representante de la Comisión Interna para la Igualdad de Género de la FM, recordó que la salud es bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedad; lograrlo en la comunidad es un reto que asume la Facultad, donde se forman profesionales en esta disciplina.
El Foro es recordatorio, experiencia y oportunidad para que sumemos en pro de la salud, expuso en el auditorio Fernando Ocaranza.
En la ponencia Enfermedad cardiovascular en las mujeres, Gabriela Borrayo Sánchez, secretaria General de la FM, externó que la primera causa de muerte femenina son las enfermedades del corazón. Por cada una que fallece de cáncer de mama, 13 lo hacen por el primer padecimiento; la cardiopatía isquémica es la más frecuente entre las cardiovasculares.
En ese sector de la población, detalló la experta, son más recurrentes los factores de riesgo, como el estrés y la ansiedad, dislipidemia, diabetes, hipertensión arterial, el alto consumo de sal, obesidad, sedentarismo, y, por supuesto, el climaterio y la menopausia. El único menos frecuente es el tabaquismo.
El promedio de aparición de un infarto es de 62 años en los varones y de 66 en ellas; esa brecha entre ambos es más corta que en otros países, alertó.
En tanto, Alicia Piñeirua Menéndez, infectóloga e investigadora del Consorcio de Investigación en Salud, CISIDAT, comentó en México se estima que hay 240 mil personas infectadas; sólo 67 por ciento sabe que tiene el virus; 61 por ciento está en tratamiento antirretroviral, y 54 por ciento alcanzó la supresión virológica. “Nuestro principal problema es la infección”.
Aunque en general hay cuatro hombres infectados por una mujer viva, eso es diferente “dependiendo de qué México estemos hablando”. También en nuestro territorio hay 74 mil mujeres cisgénero con la infección.
A pesar de que representan 20 por ciento de quienes viven con VIH en nuestra nación, hay pocas estrategias dirigidas a ellas en términos de prevención, diagnóstico oportuno y de atención. “En América Latina, siete de cada 10 mujeres cis adquieren la infección por una pareja estable, novio o esposo”.
Su diagnóstico ocurre en el embarazo, o desencadenado por el de la pareja o de su recién nacido. Tampoco hay una oferta de pruebas en sitios donde reciben otras atenciones, como estrategias de anticoncepción, concluyó.
En tanto, Claudia Haydeé Arce Salinas, coordinadora de Equidad y Género de la Sociedad Mexicana de Estudios Oncológicos, al hablar de los Retos actuales en cáncer en las mujeres, dijo que esa es la tercera causa de muerte en la población, y se espera que haya un incremento en la incidencia mayor a 30 por ciento en los siguientes 10 años. Además, en los últimos años no se ha modificado la tasa de mortalidad por cáncer; “no hemos tenido el impacto que buscamos”.
En las dos neoplasias que ocurren con más frecuencia en ellas, la perspectiva de género cobra un factor relevante: cáncer cervicouterino y de mama.
Ninguna debería tener el primero, porque es prevenible con vacunación; sin embargo, casi 12 mueren al día por esta causa. Sus principales factores de riesgo son el inicio temprano de la vida sexual, el número de compañeros sexuales y el contacto sexual con individuos de riesgo.
El intervalo entre la adquisición de la infección y el desarrollo de la enfermedad es de 10 años, pero solo cuatro de cada 10 realizan estudios de prevención; la mayoría no acude al médico porque se les etiqueta y estigmatiza, y por ello el mal se detecta en etapas avanzadas.
En el caso de cáncer de mama, se detectan 30 mil nuevos casos cada año; se diagnostica cuando las lesiones son palpables. “La mortalidad disminuye gracias a la detección oportuna y los medicamentos. Por ello se requiere promover la educación para la salud, los estudios de tamizaje y el diagnóstico temprano”, concluyó.