Un nuevo estudio científico concluye que la mala calidad del aire es factor de riesgo para la osteoporosis y las fracturas óseas. Se trata del artículo ‘Association of air particulate pollution with bone loss over time and bone fracture risk: analysis of data from two independent studies’, publicado recientemente en la prestigiosa revista The Lancet Planetary Health.
El estudio fue realizado por investigadores de la Universidad de Harvard, la Universidad de Boston, New England Research Institute, la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Nacional de Cancerología de México.
Diddier Prada Ortega, investigador en ciencias médicas adscrito al Instituto Nacional de Cancerología y a la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó que han trabajado más de cinco años con el objetivo de ver qué impacto tenía la contaminación en la salud ósea.
Se descubrió que aquellas personas que vivían en áreas con mayores niveles de carbono negro en el aire, mostraron menores niveles de hormona paratiroidea, un regulador fundamental en el metabolismo del calcio. Además, estas mismas personas mostraron una mayor reducción en la densidad mineral ósea, la cual se usa para la determinación de osteoporosis.
“Al evaluar el efecto sobre la presencia de fracturas asociadas a osteoporosis (vértebras, fémur y antebrazo) en una población de 9.2 millones de personas, encontramos también un riesgo aumentado de ser hospitalizado por fracturas. Esto quiere decir que la exposición a estas partículas en el aire tiene alterado tanto en el metabolismo del calcio, el cual es fundamental para tener huesos fuertes, como en la cantidad de hueso, y que su pérdida aumenta la posibilidad de fracturas”.
“En ciudades como la de México se encuentra en niveles por encima de aquellas observadas en nuestro estudio, el cual evaluó casi toda la costa este de los Estados Unidos. Mientras que allá el promedio anual observado en nuestro estudio fue de 10.18 microgramos por cada metro cúbico (µg/m3) para las PM2.5, para la Ciudad de México, el promedio de 24 horas fue de 45 µg/m3 y el promedio anual fue de 12 µg/m3 en el año 2015”, explicó.
Con información de El Financiero