Juan Orlando Hernández, expresidente de Honduras, fue extradita a Estados Unidos (EU), el jueves de la semana pasada, enfrentando cargos de narcotráfico y posesión de armas de fuego.
De acuerdo con una conferencia de prensa por parte del Departamento de Justicia de EU, Hernández se habría asociado con «algunos de los traficantes de cocaína más grandes del mundo para transportar toneladas de cocaína» a EU, desde Honduras.
Las acusaciones de la justicia estadounidense indican que el político habría participado en dichas actividades ilegales, desde 2004. Así, los señalamientos indican que Hernández «participó en una conspiración corrupta y violenta de narcotráfico para facilitar la importación» de cocaína.
Además, dicha instancia gubernamental, sostiene que Hernández «recibió millones de dólares» para apoyar a las organizaciones narcotraficantes en Honduras, México y otros países.
«El Departamento de Justicia está adoptando un enfoque integral para proteger a nuestras comunidades y nuestro país de los delitos violentos (…) está comprometido a interrumpir todo el ecosistema de las redes de tráfico de drogas (…) sin importar cuán lejos o cuán alto debamos llegar», dijo el Fiscal General Merrick B. Garland.
En marzo del año pasado, el juicio a Geovanny Fuentes Ramírez, en Nueva York (NY), implicó a Hernández y a otras cuatro autoridades de alto rango. Entonces, las referencias al político se vieron en documentos presentados contra Fuentes Ramírez, así como en un caso sobre narcotráfico contra el hermano del expresidente, quien fue hallado culpable de tráfico de drogas, en octubre de 2019.