Las reliquias son restos de personas consideradas santos por el cristianismo, estos objetos venerados pueden ser ropajes, pertenencias o residuos orgánicos. Para el caso de los cuerpo-relicarios, nos encontramos frente a esculturas que tienen una estructura de huesos que son recubiertos con capas de cera para evitar su descomposición (ceroplástica), lo que fue muestra de la creencia de incorruptibilidad de un cadáver como señal divina desde la Edad Media. El origen de los cuerpo-relicarios se remonta a 1578, en la ciudad de Roma, cuando se descubrieron las catacumbas donde descansaban las osamentas de los primeros mártires de la cristiandad, que fueron llamados corpi santi o cuerpos santos.
Empleando técnicas de radiografía digital directa, expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), estudian actualmente los cuerpo-relicarios de los mártires San Vicente Niño y san Deodato, que forman parte de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México, y de san Clemente, del templo del Carmen en San Ángel.
A través de los resultados de esta investigación se logró determinar el tipo de restos óseos y su distribución donde fueron colocaron en su interior hace más de tres siglos. Dentro de las esculturas encontraron un cráneo, costillas, falanges de pies y manos, tibias y cuatro pequeños fragmentos de material óseo; se identificó además que en estas piezas, la cabeza, piernas y brazos son de cera y el torso de tela, además se registró la presencia de elementos metálicos.
Gabriela Sánchez Reyes, especialista de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del INAH, informó que este trabajo representó una oportunidad de estudiar los relicarios desde sin tener que abrirlos, “el objetivo fue apreciarlos desde un punto de vista científico, para saber cómo se construyeron, conocer el estado de conservación que tienen las reliquias y plantear una propuesta de intervención”. Está metodología implica un cambio en los estudios históricos de restauración, que trabajaban únicamente en el análisis iconográfico o simbólico de las piezas para intervenirlas, ahora también el acercamiento ocurre desde su materialidad, para rastrear sus procesos constructivos y entender las implicaciones económicas, sociales y culturales de su fabricación.
Con información del INAH.