El Mexican Pink es un color vibrante y llamativo que tiene profundas raíces históricas en la cultura y el diseño mexicanos. Este tono de rosa brillante se remonta a la época prehispánica, donde se utilizaba el tinte extraído de la cochinilla, un insecto que se encuentra en los nopales, para teñir telas y pieles.
Después de la conquista española, el uso del Mexican Pink se fusionó con la cultura europea y la iconografía católica, dando lugar a la creación de nuevos diseños y obras de arte que combinaban las tradiciones indígenas y europeas. Durante el siglo XVIII, los textiles de Mexican Pink se convirtieron en uno de los productos más valiosos de la Nueva España y se exportaron a Europa y Asia.
En 1949, como parte de la semana de México en Nueva York, el diseñador mexicano Valdiosera presentó sus diseños en un desfile que cautivó a la audiencia internacional por su uso predominante del “color bugambilia” nunca antes visto en pasarelas de alta costura y textiles tradicionales mexicanos.
Fue entonces que perle mesta, crítica de modas neoyorkina, le preguntó cómo se llamaba ese color tan llamativo a la vista.
El maestro respondió: -es un color muy popular en la comida, la artesanía y las flores de mi país. Es…un rosa mexicano.
Fue así como se acuñó mundialmente el nombre de la tonalidad mexicana por antonomasia.
En la actualidad, el Mexican Pink sigue siendo un color muy valorado en la cultura y el diseño mexicanos. Se utiliza en todo, desde la moda hasta la decoración de interiores y la artesanía, y se ha convertido en un símbolo de la identidad y el patrimonio cultural de México.
En resumen, el Mexican Pink es un color con raíces prehispánicas y un legado cultural en México. Ha evolucionado a lo largo de los siglos y se ha convertido en un símbolo importante de la identidad y el patrimonio cultural de México, además de ser un color vibrante y atractivo que sigue siendo valorado en la moda y el diseño en todo el mundo.