Algunos padres siguen cometiendo un viejo error, y es el de seguir utilizando el mismo argumento para justificar su falta de actualización para educar a los hijos: » así como me educaron a mí, voy a educar a mis hijos… Tal y como lo hicieron conmigo». No puedes seguir pensando en educar a tus hijos como lo hicieron contigo por una sencilla y simple razón, pues tus padres te educaron para un mundo que ya no existe.
Otros simplemente toman la decisión se van al extremo contrario: si sus padres los maltrataron de alguna forma, se dedican a sobreproteger a sus hijos y evitarles hasta el mínimo sufrimiento posible. Esta actitud es sólo una manera de reaccionar que deberían resolver en alguna terapia personal y no proyectar estos temores sobre sus hijos.
Son tantos los cambios, y tan veloces, que al igual que los aparatos electrónicos y de computo, si no te actualizas constantemente corres el riesgo de volverte obsoleto en materia de educación. El problema de quedar fuera de actualización es que se utiliza un discurso caduco, sermoneador o como el que utilizaban tus padres, los hijos de hoy no lo creen y no te consideran alguien con ideas actuales.
De ningún modo estoy poniendo en tela de juicio los valores que se quieran enseñar a los hijos personalmente creo que todo lo que tiene que ver con valores nunca pasan de moda pero si el método que se utiliza para inculcárselos.
El gran problema que tenemos los padres hoy en día, es que somos una generación de transición y ademas tenemos que educar a los hijos de acuerdo a los criterios aplicables a un mundo que desconocemos. En pocas palabras tenemos que educar a los hijos para un mundo que nosotros mismos no entendemos del todo.
Nos sobrepasa el rumbo y el ritmo de vida que llevan nuestros hijos, los cuales tienen acceso a información y cuentan con recursos que nosotros ni soñábamos cuando teníamos sus edad. Recuerda a tu madre que con solo una mirada era capaz de controlar tus acciones.
Antes, la obediencia era una gran virtud; es más, llegó a considerarse un valor que debíamos premiar. Hoy, las empresas que contratan egresados de las universidades, no necesitan gente obediente, si no gente que pueda tener iniciativa y creatividad para solucionar problemas y para adaptarse al cambio.
Todas las profesiones requieren actualización. Quien no se actualiza, pierde vigencia y se vuelve obsoleto; lo mismo sucede con los padres. De seguir actuando en la misma dinámica, continuaras sermoneando y tirando el mismo rollo de siempre que seguramente tus hijos se saben de memoria. Lo importante es influir realmente en los hijos y actuar con claridad, perspectiva y vigencia ante lo que realmente les ocurre y sus necesidades.
No te pongas tú mismo un letrero de caducidad, asumiendo que a partir de cierta edad ya no funcionas
Igual. Todo está en tu mente y se traduce en actitud. Si es necesario, acude a un especialista que te ayude, pero no transmitas a tus hijos la idea de caducidad.
De otra forma, tus miedos se harán realidad y no serás un padre preparado para educar a tus hijos de forma efectiva.
Y Recuerda que también en la educación se aplica el «renovarse o morir».