El secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, ha guardado silencio respecto al asesinato de manifestantes en Oaxaca en medio de la represión por parte de la Policía Federal de México. Por su parte, la nueva embajadora de Estados Unidos en México, Roberta Jacobson, se limitó a lamentar los hechos y dijo que su gobierno solo “monitorea” el conflicto entre las fuerzas federales y simpatizantes de la CNTE.
“Sobre el tema de Oaxaca y la violencia, lamentamos cuando hay una pérdida de vida de una manera como esa”, dijo Jacobson, quien este lunes entregó sus cartas credenciales al presidente Enrique Peña Nieto.
Dos representantes del CNTE, incluyendo Eligio Hernández González, declararon que el gobierno mexicano mantiene como presos políticos a por lo menos 86 miembros de la coordinadora, pero ni la embajadora ni el secretario general de la OEA condenaron este hecho.
En lugar de condenar los hechos y presionar a la OEA de Almagro a invocar la Carta Democrática, la diplomática sólo dijo que “son asuntos muy difíciles para los mexicanos de resolver, esperemos que se pueda (resolver) de una manera pacífica, sin cualquier tipo de pérdida de vida más, así que seguro que lo estamos monitoreando y mirando la situación allá”.
Resulta extraño que tanto Almagro como Jacobson hayan optado por no manifestarse sobre las flagrantes violaciones a los derechos humanos en México dado que tanto la OEA como Washington presionan a países que consideran violan los derechos humanos.
Con información de Telesur