Tras los comicios del pasado domingo donde el PRI se llevó su mayor golpe electoral en toda su historia, nos quedó claro que la ciudadanía ya no es la misma que la de hace 20 años.
Y es que el panorama completo tras las elecciones permitió dibujar a grandes rasgos lo que muchos anticipan será el escenario de 2018. De entrada porque las fuerzas políticas ya se dieron cuenta que las y los ciudadanos están haciendo uso de herramientas para cobrar factura de los malos gobiernos y que es mejor hacerlo a través de la vía pacífica; a través de los votos.
Para muestra, sobra decir que después de 86 años de gobernar en Veracruz, el PRI perdió la entidad, lo que se traduce en uno de los brazos electorales más importantes de nuestro país, pues es el tercer estado con más electores. El voto de castigo del electorado hacia el PRI se hizo más evidente que nunca. Después de que el partido recuperara el poder en 2012, la ciudadanía no se ha mostrado conforme con el “nuevo PRI”.
En Veracruz la inseguridad, sumada a los escándalos vinculados con la clase política; las revelaciones de malos manejos en los recursos públicos y una administración ineficaz, dieron como resultado que el PRI perdiera una entidad donde históricamente había gobernado desde hace casi un siglo.
A ello sumamos el pleito de una izquierda tan fragmentada, que permitió trabajar con fuerzas ideológicamente opuestas, pero que en aras de un resultado electoral efectivo, unificaron sus esfuerzos y dejaron en manos de sus candidatos la organización y la operación electoral.
Todo ello permitió que el PAN obtuviera 7 de 12 gubernaturas en juego. La gran virtud fue contar con candidatos de peso que llevaron a su cosecha los votos anti-PRI. El reto del PAN de aquí a 2018 es cumplir con las expectativas y hacer el trabajo bien.
Por su parte, el fenómeno “Bronco” y las expectativas generadas por los independientes parecen haber sido cosa pasajera, ya que a diferencia de las pasadas elecciones, en esta ocasión los aspirantes no lograron posicionarse en el electorado. Sólo 9 candidatos independientes, hombres todos, ganaron de los 1819 cargos que estaban en juego. Sin duda quienes pensaban en candidaturas independientes para 2018, en este momento, seguramente están reconsiderando sus opciones.
Por si fuera poco, en estas elecciones el elevado índice de abstencionismo se hizo presente. De acuerdo con el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), poco más del 55 por ciento del listado nominal asistió a las casillas con la convicción de ejercer su derecho, sin embargo, esto también refleja el rechazo ciudadano a un proceso que fue absolutamente sucio.
Compra de votos, acarreo, coacción. Todas estas acciones que son el pan de cada elección se presentaron en los comicios del pasado 5 de junio.
Mientras tanto el Instituto Nacional Electoral continúa preparándose rumbo a 2018, pues se alista para los nuevos comicios de 2017 que se llevarán a cabo en el Estado de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz que una vez llamará a los ciudadanos para elegir ayuntamientos.
Los ciudadanos han respondido ante la ineficacia de sus gobiernos, ahora queda esperar que los candidatos y partidos en quienes depositaron su confianza les respondan cabalmente, mientras que los que aún quedan en el poder o refrendaron su posición, deberán corregir el camino y seguir haciendo bien lo que hacen respectivamente, sobre todo si desean que el panorama sea favorable en 2018. Es mi opinión…