Los trabajos para construir un nuevo sistema de alcantarillado de 25 kilómetros de extensión en el río Támesis, en Londres (Reino Unido), permitieron hallar un esqueleto de unos 500 años de antigüedad que sorprendió a los investigadores porque aún tenía puestas sus botas, publicó el diario Daily Mail.
Los restos del hombre de unos 35 años fueron encontrados en Bermondsey, en el sudeste de la ciudad, y estaban boca abajo, con la cabeza torcida hacia un lado y un brazo arqueado sobre ella. Para los investigadores, esto sugiere que habría caído o habría sido empujado desde la orilla del río.
Más allá de la posición del esqueleto, los especialistas prestaron mucha atención al detalle de las botas de cuero, que datan de fines del siglo XV o comienzos del XVI. Están confeccionadas con un material que debía de ser muy costoso, lo que hace poco probable que el hombre fuera enterrado con ellas puestas.
Reforzadas con suelas adicionales y rellenas con un material no identificado (podría ser musgo) para hacerlas más cálidas, habrían servido para atravesar el barro del Támesis.
Por eso, explicó Beth Richardson, del Museo de Arqueología de Londres (MOLA, por sus siglas en inglés), su estudio permitió conocer detalles sobre la manera en que el hombre «pudo haberse ganado la vida en condiciones peligrosas y difíciles» y «cómo pudo haber muerto».
Problemas de salud
El análisis del cuerpo también reveló información sobre la salud del hombre. Entre otras dolencias, hallaron evidencia de osteoartritis y surcos profundos en los dientes que podrían haber sido provocados por una acción repetida, como pasar una cuerda entre ellos.
En ese sentido, la osteóloga Niamh Carty señaló que el hombre tenía una vida activa y habría sufrido dolor. «Examinar sus dientes nos ha dado claves sobre su infancia y las marcas en su esqueleto nos permitieron ofrecer ideas sobre los dolores y molestias que pudo haber sufrido a diario», concluyó.