Un análisis de los materiales utilizados por el pintor malagueño en seis retratos de su primera época reveló varias obras ocultas cubiertas por capas de pintura y se intuyen otras pinturas cuyo contenido y existencia no se puede determinar por el uso blanco de plomo.
El estudio fue realizado por la Universidad de Barcelona y el Museo Picasso, y se pudo determinar que la influencia de su padre, también pintor, es mayor de lo que se creía.
En la obra Hombre con boina (1895) se ha encontrado el dibujo de dos palomas debajo de la gorra, que podrían ser las primeras que se le conocen con esta temática, y podría ser una herencia de su padre.
El cuadro Josep Cardona i Furró (1899) tiene dos dibujos más en la misma tela, uno es un paisaje urbano y el otro es una escena de enfermeros.
Además, se ha podido comprobar que Picasso cortaba trozos de tela y los reutilizaba.
El investigador del Departamento de Química Analítica de la Universidad de Barcelona, José F. García, comentó que conocer la estructura de los materiales y la composición de la paleta de Picasso es importante «porque da información del artista, la época y el contexto cultural y geográfico de su obra».
El estudio llevó aproximadamente un año y medio, ya que se hicieron pruebas de fluorescencia de rayos X, de espectroscopia de infrarrojos, o espectroscopia Raman, y posteriormente se realizó un informe completo sobre los pigmentos y su composición.
Con información de El Universal